Concepciones del Gnosticismo Contemporáneo // Entrevista N14 (con Subtítulos)

Concepciones del Gnosticismo Contemporáneo // Entrevista N14 (con Subtítulos)

Hola, amigos y amigas, reciban todos un cordial saludo de nuestra institución AGEAC. Hoy es 6 de abril del año 2018. Tenemos la oportunidad en este día de realizar una entrevista al V.M. Kwen Khan Khu, que consideramos que va a ser muy interesante para todas aquellas personas que estamos muy interesados en conocer todas esas partes íntimas, ayudas y peligros que pueden –digamos– acontecer en este camino esotérico que todos queremos recorrer. Hola, Maestro. Buenas tardes. Muchas gracias por estar aquí. El placer es mío. La verdad es que agradecemos mucho la disponibilidad que tienes siempre y, bueno, pues para todo el mundo gnóstico, estas entrevistas están resultando algo muy importante porque son muy aclaratorias de aspectos del camino que, realmente, pues, a veces no están en las obras del Maestro Samael. Queríamos empezar esta entrevista hablándote de algo bastante importante que tiene que ver, precisamente, con el camino esotérico. Es decir, a veces encontramos personas, amigos, compañeros que llevan años en la Gnosis, pero un día, de pronto, deciden abandonar el camino por algún motivo personal o cosas íntimas. La pregunta sería: cuando una persona lleva años, un instructor, un misionero gnóstico, lleva años entregando la Gnosis, trabajando para la Logia Blanca, ¿en qué repercute en su vida personal y esotérica el que de pronto abandone la Gnosis? Bueno, primero que todo, tengo que decir que llevar muchos años dentro del estudio de la enseñanza no es sinónimo de trabajo, me refiero al trabajo interior. En consecuencia, cuando una persona después de 20 años de estar trabajando al servicio de la humanidad, y supuestamente queriendo vivir el camino secreto, lo abandona, significa que esa persona estaba viviendo la Gnosis exterior; concretamente, dijéramos, el tercer aspecto de la revolución de la Conciencia, pero no estaba viviendo la muerte del Ego y el Nacimiento Segundo. En conclusión, es apenas normal que una persona luego se canse, se fatigue, aunque haya abierto muchas asociaciones, muchos lumisiales, pero no hizo un trabajo de muerte ni hizo un trabajo alquímico eficaz. ¿Por qué digo esto? Pues por la sencilla razón de que es imposible para alguien que está trabajando sobre la muerte del Yo abandonar el camino. Si lo estuviera trabajando, no permite al Yo que lo saque del camino; tampoco se lo permite al cansancio material, porque pondría remedio mediante la autobservación, haría trabajos relacionados con la meditación, con el relax, con la lamasería, etc. En consecuencia, esa persona no puede ser sacada del camino ni por sus agregados ni por otras energías o entidades malignas. Conclusión: cuando alguien, después de muchos años, abandona el camino es que el camino no lo estaba viviendo. Estaba representando teatralmente, pues, el querer aparecer como un misionero, por ejemplo; pero no significa que fuera, en regla, un misionero. Y para el Padre interno de esa persona, ¿qué representa o qué significa que su alma o su Esencia, que estaba intentando vivir la Gnosis, de pronto, abandone la enseñanza? Para el Padre es una gran decepción. El Padre sabe cómo somos y sabe muy bien de que pie cojeamos. Él nos conoce por dentro y por fuera. Incuestionablemente que como el Ser todo lo sabe, él ya sabría que por la forma en que una persona está enfocando el trabajo interior y los tres factores de la revolución de la Conciencia, entonces, puede deducir si ese hijo ─o esa Esencia─ va a seguir adelante o en cualquier momento la va a abandonar la enseñanza y el camino. Indudablemente que para el Padre, pues, en cierta forma, es una frustración y en otra forma, no, porque ya él sabe hasta qué punto nosotros sabemos mantener nuestra perseverancia. Puede pasar, Maestro, que alguien abandona la Gnosis de pronto, después de años de misión, quizás porque ha encontrado un trabajo que es bien remunerado económicamente y, después de unos años, vuelve esa persona a interesarse por vivir el camino; quizás ha vivido experiencias negativas o enfermedades o, simplemente, se dio cuenta que la vida material no le reportaba nada y sigue con ese vacío o esa inquietud. Si esa persona hace un esfuerzo por volver al camino, ¿el Padre, el Íntimo, también lucha por recuperar su alma o ponen más pruebas a su propio hijo para probar, precisamente, sus anhelos? Bueno, esta pregunta es un poco controversial. Indudablemente que el Padre siempre estará dispuesto a echarnos una mano cuando hemos abandonado el camino y queremos volver al mismo. El Padre siempre, como dice el Maestro Samael, es sí, sí, sí. El Padre no acepta la negatividad. Pero, indudablemente, cuando alguien abandona el camino porque ha encontrado una fuente de ingresos o un empleo que le da, a parte del salario, cierta importancia de carácter social, etc., es porque se dejó engañar por un Yo que lo asaltó en un momento determinado. Pudo haber sido un Yo de miedo: miedo a la vida, de qué voy a vivir cuando sea viejo, qué van a decir mis familiares, qué dirán mis amigos…, todos esos son miedos. Pero el que está decidido a luchar por el Padre cueste lo que cueste, no se plantea esos miedos, no permite que esos miedos le asalten su psiquis, y en consecuencia, siempre permanecerá. Indudablemente, que el camino, lo abandonemos o no, siempre está lleno de pruebas; constantemente tendremos pruebas, cada día de nuestra existencia. ¿Por qué? Bueno, justamente porque la vida es una escuela y, en la escuelita de la vida, se nos ponen muchos exámenes, y esos exámenes son las pruebas que el Padre va enviándonos para ver si estamos adelantando o, al revés, de nada ha servido lo que estamos haciendo. Es que precisamente, Maestro, te estaba haciendo la pregunta por esto que acabas de comentar, porque, bueno, tú nos has dicho en alguna ocasión que en este momento estamos todos siendo revisados a fondo por la Gran Ley Divina ─nuestro trabajo interior, nuestro camino─ y, realmente, estamos viendo que muchos de nosotros, muchos compañeros, pues, estamos viviendo, pasando o se nos presentan situaciones, a veces, bastante complicadas y duras. La pregunta sería: ¿esto es deliberado, se está haciendo una selección, se está probando a fondo a las personas que quieren vivir este camino para ver quien continúa, quien no continúa, hasta dónde llegan los anhelos de cada uno? Sí, la ley de la selección natural existe en todo. Existe en lo humano, existe en el reino animal y existe en el reino espiritual. Entonces, llegar hasta el reino del Padre significa hacerse fuerte en muchos aspectos de nuestra vida material, pero sobre todo de nuestra vida espiritual. ¿Cómo nos hacemos fuertes? Pues la única forma de hacernos fuertes es pasando positivamente los distintos gimnasios a los que somos sometidos. Miren, en la vida material, existe una cosa, que le gusta mucho a la gente y que suele verse en las televisiones del mundo, que son los concursos de los que levantan más peso, y hay allí hombres y mujeres que optan a la copa del concurso. Entonces allí aparecen, pues, hombres con musculitos que levantan 120 kilos en tantos segundos, 150, 300 kilos; y hay mujeres también, porque ahora este tipo de cosas, desgraciadamente, ha invadido la esfera de la mujer y por los tiempos que corren, pues, la mujer se ha masculinizado muchísimo. No tengo nada contra las mujeres, pero no tenemos otro chance que decir la verdad. Las mujeres, hoy en día ─muchas, no todas─, quieren hacer los trabajos de los hombres con el cuento aquel de que tiene que existir la igualdad entre hombre y mujer. Y eso es un cuchillo de doble filo, porque jamás una mujer va a ser igual a un hombre, y tampoco un hombre va a ser igual a una mujer. Primero, porque biológicamente son distintos; segundo, porque, hormonalmente, les funcionan las hormonas de forma diferente; y tercero, por la educación que se ha recibido. Pero que alguien se esfuerce malévolamente por querer ser hombre, eso es posible, pero eso es posible gracias al Yo, a un Yo de exhibicionismo, a un Yo de protagonismo y a un Yo de masculinidad. Y viceversa, que los hombres quieran ser más femeninos que las mujeres, eso lo estamos viendo hoy día a granel. Hoy el fenómeno homosexual es una sensación mundial; es como graduarse de médico o de astronauta. A muchos les parece extraordinario declararse homosexuales, y los homosexuales gustan de ser, según ellos, más femeninos que las mujeres. Y esto no les gusta a las mujeres. Indudablemente, da un rechazo natural de parte del eterno femenino hacia estos pseudohombres. Así, en este orden de cosas, pues nada tiene de extraño que dependa de nosotros –volviendo a la pregunta original-, dependa de nosotros si sabemos aprovechar las circunstancias de nuestra vida diaria para ejercitar los músculos del espíritu y, de esta forma, un día estar en forma ─perdóneseme la redundancia─ para llegar a sentarnos a la diestra del Padre. Hay una frase que tú has dicho y voy a leer textualmente, y dice: «Solo tenemos que responder ante el Ser por nuestros actos. Hay que ser fieles al Ser, a la Logia Blanca y al Gurú». ¿Puedes ampliarnos esta afirmación? Sí, con mucho gusto. Cuando hablo de eso, quiero referirme al hecho de que finalmente, a fin de cuentas, nosotros hemos venido a la vida no para rendir cuentas a la familia, ni al esposo, ni a la esposa, ni a los hijos, ni a la historia, ni a la iglesia. Hemos venido a rendir cuentas, más tarde, a quien nos envió, y quien nos envió es el Padre. Por lo tanto, la finalidad única, única, de la existencia es religarnos con el Padre, y esa es una tarea tan ardua, tan larga, tan fatigante, que por eso se nos da una vida entera. No se nos dan dos años, se nos da una vida de un mínimo de 50 años. ¿Para qué? Para que, al final, rindamos cuentas de esa travesía que hemos realizado en el carrusel de la existencia. Por lo tanto, quienes crean que para estar bien vistos por lo divinal, hay que estar siempre pegaditos a papá y mamá y acordarnos todos los años del cumpleaños de papá y mamá, y hacerles regalitos a papá y mamá en el día del Padre, en el día de la Madre, etc., etc., etc., eso aunque sea parte de una calidad de un buen ciudadano, no significa que ese sea el fin primordial de nosotros en esta vida. ¡No! El fin primordial es encontrar al Padre. Eso es todo lo que envuelve el por qué se nos ha enviado a este mundo tridimensional. Podemos decir entonces, Maestro, que la escala de valores que nosotros consideramos normales o éticos a nivel social, o por la educación que tenemos, o por lo que hemos aprendido en la religión normal, eso no significa nada para el Padre o simplemente eso no son cosas que a él le incumban; o por el hecho de tener una escala de valores material, ética o social ya eso implique de que estamos regresando al Padre o acercándonos a él. En una ocasión he dicho que la ética del Padre no la entenderían jamás las gentes ─cuando hablo de gentes, hablo de las muchedumbres─, porque el Padre tiene su propia ética muy superior a la ética y a la lógica formal, muy distinto. Lo que para las multitudes sería maravilloso, extraordinario, algo de mucha educación y de mucha ética, para el Padre puede significar una tontería. Al Padre sí que le interesan los actos heroicos que en un momento determinado alguien haga por otra persona o por otras personas; al Padre le interesan los actos de carácter trascendental. ¿Cuál sería un acto de carácter trascendental? Pues, miren, hubo un médico que se llamó Albert Schweitzer. Este señor se fue un día a África, aburrido de la vida que llevaba en Europa y cansado del egoísmo europeo. Se fue a África y se encontró con la malaria que azotaba y azota a los pueblos hermanos del África; y allí estableció un laboratorio por su cuenta, con su propio dinero y dinero que le pidió a unos amigos, porque le pidió dinero a la Organización Mundial de la Salud y se lo negaron, le pidió dinero a la Cruz Roja y se lo negaron, le pidió dinero a las Naciones Unidas y se lo negaron. Y él solo, por su cuenta, se montó aquel laboratorio y empezó a tratar a las gentes, la inmensa mayoría desfavorecidos económicamente, y curó a muchos. En eso pasó su vida. Irónicamente y desgraciadamente, terminó muriendo de lo que él combatía: la malaria. Pero, obviamente, esos actos sí que le interesan al Padre. Eso sí significa estar trabajando para el Padre, estar trabajando para la Gran Ley, estarse sacrificando por la humanidad. Esos son los actos que al Ser le interesan de nosotros. Las tonterías de todos los días de esta sociedad hipócrita en la que hoy vivimos no tienen ninguna relevancia para el Ser. ¿Podrías, Maestro, ponernos algún ejemplo de esto que estás comentando dentro de la Gnosis? ¿Puede ser que un misionero que esté supuestamente haciendo misión, esté haciendo misión, entregando la enseñanza, llevando una vida dentro de ese camino misional, pero que, en el fondo, no esté interesando al Padre lo que está haciendo? ¿O que, para el Padre, ese trabajo que está haciendo, porque sea mecánico o por lo que sea, no significa nada? Sí, he conocido varios casos así dentro de nuestros estudios. Y cuando el Padre ve que, en realidad de verdad, nosotros no estamos aplicándonos al uso de los tres factores que revolucionan la Conciencia, puede llegar a tomar decisiones muy drásticas: como una noche cualquiera, de un momento a otro, nos quita la vida, así sin motivo, estando nosotros haciendo misión. Así son las cosas del Padre. ¿Por qué? Porque ve o ha visto que no hay una verdadera muerte, que no hay una verdadera entrega a la humanidad, que no hay un verdadero estudio de la enseñanza, sino que todo se hace rutinariamente y, en este caso, el Padre toma a veces decisiones duras para nosotros, para él no. Para el Padre, quitarnos el cuerpo físico en un momento determinado, no significa nada. Lo que para nosotros es una tragedia terrible, pues para el Padre es un abrir y cerrar de ojos, es una cosa normal. ¿Por qué? Porque el Padre sabe que todo pertenece a la eternidad y no al tiempo, y el tiempo que nosotros pasamos aquí son instantes dentro de la eternidad. De manera que si él rompe nuestro tiempo, pues nos sumerge otra vez en el seno de la eternidad de la que luego somos expulsados por no tener categoría para permanecer per saecula saeculorum en el reino del Padre. He dicho que he conocido muchos casos y algunos me han afectado. ¿Por qué? Porque conocí a esas personas y les tuve mucho cariño, pero claro los hechos que produce el Padre están fuera del alcance de nosotros. Así pues, que hay que estar muy alertas, y si queremos morir, hay que hacerlo de verdad. Si queremos nacer, hay que saberlo hacer. Nacer por segunda vez no es una cuestión mecánica de tipo tántrico, es un arte. Los alquimistas llamaban a la Alquimia Ars Magna ─Arte Magna─ porque hay que tener refinamiento psicológico, espiritual, para que nuestra alquimia funcione. Si no, no va a funcionar. Igualmente, en el trabajo por la humanidad, hay que hacerlo con corazón, no por aquello de que así me gano dharma. Cuando hacemos el tercer factor por la humanidad pensando en que estamos ganando dharma, lo estamos haciendo egoístamente. Hay que hacerlo desinteresadamente, y en vez de pensar en ganar darma, pensemos que ojalá y eso nos ayude a pagar el múltiple karma que tenemos. Hay una frase tuya también muy interesante que dice: «El Yo es cobarde y se alimenta de los miedos. El Padre no tiene miedo a nada y a nadie». ¿Cómo puede una persona diferenciar esto dentro de sí? Bueno, el Yo de la cobardía existe en toda persona y, en nuestros días, los medios de comunicación, las tradiciones familiares, tradiciones sociales, infunden en los jóvenes, y en los que ya no son tan jóvenes, muchos miedos. El Maestro ya lo escribió en su obra titulada Educación Fundamental. Allí dice él claramente que el miedo y la búsqueda de seguridad son una epidemia en nuestros días. Entonces, desde este punto de vista, la cobardía se alimenta de la falta de fe, la falta de fe. ¿En quién? En el que todo lo puede. Y ¿quién es el que todo lo puede? El Ser. Lo que nosotros imaginemos como imposible de poderlo realizar, para el Ser, créanme, si él lo quiere, es cuestión de segundos o de días que lo consiga. El Ser no tiene límites, el Ser ─ya sabemos todos─ tiene el don de la ubicuidad, puede estar en varios lugares a la vez. Y, en consecuencia, gozando de esas características, él puede arreglar lo que aparentemente no tiene arreglo; puede abrir puertas donde todas están cerradas. Pero él solo nos pide una cosa a nosotros: que le seamos siempre fieles, siempre fieles; que no cambiemos nuestra primogenitura por un plato de lentejas: un empleo, un estatus social de reconocimiento político o económico, etc. Es lo único que el Padre anhela, lo único que el Padre quiere. A mi persona ─y perdónenme que hable en primera persona─ se le presentaron muchas oportunidades para, paralelamente a estar dando el Quinto Evangelio, poder ganar dinero. Pero no estoy hablando de 10 dólares ni de 20 dólares ni de 100, ¡no!, hablamos de 1000 dólares, 2000 dólares. En una ocasión, sin ahondar mucho, me encontraba en la ciudad de Guamúchil, en México, una ciudad en la que el Padre me permitió realizar una hermosísima misión. Un servidor era el misionero n° 13 que pasaba por esa ciudad, nadie aguantaba más de un mes. Y cuando me lo dijeron a mí, yo le dije a quien me lo dijo: «Pues lo voy a intentar solamente». Y resultó siendo para mí una de las misiones más hermosas que aún llevo en el corazón. Me encontré con un cuadro ─que no voy a detallar─ bastante desolador, pero fue donde tuve hermanos gnósticos dentro de nuestra enseñanza y hermanos fieles fuera de nuestra enseñanza. Prácticamente, aquella misión, para mí, me dio enormes fuerzas morales. Pues encontrándome allí, pues, había estudiantes de muy buena voluntad que no querían que yo pasara calamidades, y una de esas personas fue una hermana que era profesora del Instituto Tecnológico de Nogales. Me dijo: «Con los conocimientos que tú tienes, puedo conseguirte un trabajo en el Instituto Tecnológico donde yo trabajo, y tendrías un salario de un profesor universitario y tú mismo escoges las horas que quieres trabajar, los días que quieres trabajar, no tienen que ser todos los días, y sigues dando la enseñanza». Pero en su momento, en su momento, el V.M. Samael me lo dijo muy claro, me dijo: «Entiéndeme bien lo que te voy a decir: no quiero que trabajes para nadie más, solo para mí». Y me añadió: «¿Has entendido?». Y yo le dije: «Perfectamente Maestro». «¿Realmente?». «Sí, lo he entendido». «Bueno». Claro, cada vez que me ofrecían trabajos ─que no me quitaban todo el tiempo de la asociación; podía tener el trabajo de la asociación y podía tener un trabajo material─, pues yo los rechacé. Pero ¿qué hice, qué hice para sobrevivir en las misiones sin tener un trabajo material? ¿Qué necesita un hombre o una mujer o una pareja para vivir? La Gnosis lo dice: pan, abrigo y refugio. Yo los reuní a todos y les dije: «Tú ─señalando a uno de ellos─ me traes patatas; tú, zanahorias; tú, arroz, un poquito de arroz; tú, me traes legumbres». Y así, los mismos miembros se encargaban de traerme esas limosnas que yo recibía con enorme agrado. Y les dije: «Si queréis la Gnosis, yo estoy aquí las 24 horas del día. A la hora que queráis, tocáis la puerta que yo os atiendo, aunque sea de madrugada. Pero esta asociación tiene que sostenerse, entonces poneos de acuerdo vosotros, nombrar a uno de vosotros que se encargue de reunir el dinero para pagar la luz, el agua y la casa donde estamos». Y ellos se organizaron, y así estuve. Dos veces hice misión en esa ciudad, pero la misma receta me la apliqué en otras ciudades donde también estuvimos enseñando nuestras enseñanzas sagradas. Así pues, concluyendo: la cobardía es la falta de fe en el Padre, en el Ser. Lo mismo me pasó en Francia. Lo he dicho en mi autobiografía. Entonces, el Maestro Samael vivió la vida igual y nunca estuvo en la calle tirado. Y cuando estuvo en la calle tirado, era porque estaba haciendo una travesía que lo llevaba a México, y le tocaba dormir donde lo pillara la noche, pero no fue toda la vida. Yo les digo a todos mis compañeros y hermanos del camino que el que se pone en manos del Padre, se pone en manos del mejor administrador del mundo, porque él todo lo sabe, todo lo ve, todo lo puede prever y todo lo puede hacer. Eso es todo. Maestro, en este orden de ideas de lo que estás comentando, ¿qué lleva a una persona que no tiene realmente un amor desinteresado por los demás, no le gusta servir a los demás, incluso no gusta del trato con las personas, qué lleva a una persona así a hacerse misionero gnóstico? ¿Hasta dónde puede llegar, esotéricamente hablando, una persona que no sabemos por qué motivo se hace misionero en estas condiciones? En esta pregunta tan enigmática hay que decir que comoquiera que nosotros, los seres humanos, somos complicados y tenemos aproximadamente 10 000 agregados psicológicos en la psiquis, uno de ellos es el de la misantropía, que no es mitomanía. Misántropo o misantropía es el que siempre está diciendo misa para sí mismo, o sea, pensando consigo mismo, hablando consigo mismo, y son personas que, por lo común, no gustan de relacionarse con los demás. Les gusta vivir aislados, les gusta mucho el silencio exterior, aunque dentro tengan una multitud en su psiquis hablando. En estos casos, una persona así que quiera hacerse misionero, pues se equivocó de tren, se equivocó. ¿Por qué digo que se equivocó? Porque, justamente, un verdadero misionero es un gran comunicador; es una persona que se interesa por los problemas de los demás para ayudárselos a resolver; es una persona que, para colmos, tiene que estar hablando constantemente, porque constantemente está entregando la enseñanza y, por otra parte, es una persona que tiene que tener don de gentes, y tener don de gentes significa saberse relacionar con los demás. Conclusión: una persona misántropa no puede desarrollar lo que se llamaría una misión, y si la ejerce, la ejerce mal. ¿Por qué? Porque será un tirano o una tirana, que solo quiere hablar lo indispensable, y si alguien habla, lo corrige con un grito para que se calle, y no le gusta que lo llamen a tal hora o que lo despierten a medianoche, etc. Conclusión, pues, es un fenómeno anormal. Te hago esta pregunta, Maestro, porque a veces nos han llegado algunos comentarios, incluso quejas, de estudiantes, porque dicen que su instructor o su misionero, bueno, pues llega el momento de la conferencia, todo el grupo está en la sala, la persona sale de su habitación, da la conferencia, se despide del grupo y se va sin tener ningún tipo de trato con las personas, sin ─como has dicho tú─ relacionarse con lo demás, sin preocuparse por los problemas de los demás. Conclusión: las gentes se quedan allí, viendo a alguien que sale, da una conferencia, se va, pero nada más. Entonces, claro, por eso te hacía la pregunta, porque este tipo de personas ¿hasta qué punto, realmente, están haciendo una labor completa, digamos, aparte de dar una conferencia y qué tipo de impresión están recibiendo esas pobres personas con un ejemplo así? Sí, el ejemplo es fatal. Las impresiones son desagradables para la gente, y lo que está haciendo, a los ojos del Padre, es un trabajo anormal, anormal. Cuando el Padre nos quiere estimular para que no decaigamos en el camino, a veces, nos sorprende con una superexperiencia astral que nos llena el alma, y él se da todo en esa experiencia. El Padre sí que podría, si quisiera, ignorarnos. ¿Por qué? Pues porque lo merecemos, porque nosotros nos hemos olvidado durante siglos de lo que es el Ser, lo divinal. Entonces, él está en su derecho absoluto de ignorarnos y no lo hace; en su infinita misericordia, no lo hace. Si eso hace el Padre, ¿qué tendríamos que hacer nosotros? Nosotros tendríamos que ser muy tolerantes con las gentes que vienen a nuestras asociaciones, tendríamos que ser sencillos, tendríamos que ser caritativos, tendríamos que ser amables con la palabra y con los gestos, y tendríamos que ser sobre todo calurosos, fraternalmente hablando. El que crea que por dar una conferencia y dice luego: «Bueno, eso es todo, hasta mañana», y se encierra y no sale más; el que crea que está haciendo un buen trabajo así, está solemnemente equivocado. Esos son misántropos, son personas alucinadas consigo mismas, y ya pueden justificarlo de mil maneras, pero eso no tiene justificación, no tiene. Es que hay personas que dicen que eso es ser hermético, que en este camino hay que ser herméticos, pero ¿hasta qué punto eso es hermetismo, Maestro? El hermetismo se lleva adentro, no es una cosa que tenemos que aparentar. Hubo un tiempo en que se decía de los rosacruces que tenían el don de la invisibilidad, y eso hizo que muchas gentes corrieran a inscribirse en las órdenes rosacruces. Estamos hablando de los siglos XII, XIII y XIV, no de la Orden Rosacruz de Amorc, que de rosacruz tiene lo que yo tengo de torero. Aun así, en aquellos días, lo que se quería decir era que, aunque una persona sea un Maestro rosacruz, sea un Iniciado rosacruz, es tan sencillo que pasa desapercibido, invisible para los demás. Pero no es que tiene el don de aparecer y desaparecer, ¡no!, sino que un verdadero Maestro es humilde, sencillo y no anda nunca haciendo exhibicionismos. Entonces, eso es una cosa, pero esto que estamos tratando no es eso; es un estado psicológico egoico que se presenta a veces en la mente de algunos que quieren difundir nuestras enseñanzas y terminan haciéndolo mal. Eso es lo que pasa. Maestro, ¿puedes ponernos algunos ejemplos de cómo trabajan o cómo funcionan los Yoes buenos? Sí, esto de los Yoes buenos hay que entenderlo bien, hay que entenderlo bien porque los Yoes buenos son tan perjudiciales como los Yoes perversos, tienen la misma categoría. Por ejemplo ─lo hemos dicho muchas veces─, a veces un Yo bueno se apodera de la máquina orgánica de alguien, misionero, y da limosnas indiscriminadamente a no importa quién. Aunque se acerca a él una persona mal vestida, que podría parecer un pordiosero, pero que expele un olor a alcohol terrible, aun así, ese Yo bueno le da limosna a ese alcohólico. Eso es equivocado, porque estamos ayudándolo a que se sumerja más en el alcohol. Ese es un Yo bueno. A veces, con determinadas cosas que recomendamos a alguien para su vida, podemos estar poseídos por un Yo bueno que nos hace creer a nosotros mismos que estamos actuando maravillosamente. Como diciéndole a una mujer que tiene problemas con su marido: «No, no, no, no, tú lo que tienes que hacer es tú dormir en una habitación y él que duerma en otra». Eso aparentemente es inofensivo, pero esa recomendación, en lugar de unir la pareja y ayudarla a que arreglen su problema, les pone un abismo de por medio. Ese hombre terminará o maltratando a esa mujer o dejándola por otra, ¿no?, y seguirá viviendo con esa mujer ─lo cual sería un adulterio─, o la abandona a ella y a sus hijos, y todo por culpa de quien le recomendó eso. Entonces hay que tener mucho cuidado con lo que decimos y con lo que hacemos, de que no se nos filtren, o mejor dicho, no se infiltren en nuestra psicología este tipo de agregados, que queriendo hacer el bien, están haciendo mucho mal, ¿no? Hay por ahí gentes, observen esto, en tierras latinoamericanas hay una planta que se llama ayahuasca. Esa planta, como muchos otros arbustos y árboles, tiene propiedades metafísicas. Una de esas propiedades es que aumenta, momentáneamente, el porcentaje de Conciencia; actúa sobre la glándula pineal, la excita, y entonces la persona percibe cosas que en situaciones normales no percibe. Un poquito como lo que produce el cactus este mexicano, el peyote que lo usaban los aztecas en algunas ceremonias muy especiales y con mucha solemnidad. No es cierto lo que se ha dicho sobre el peyote de que es un hongo alucinógeno. El peyote es tan exigente con el que lo consume que aunque lo coma, y no ve el elemental determinados grados de castidad en el que lo está consumiendo, no le produce ningún efecto. Eso está verificado personalmente por un servidor y verificado por muchas personas. O sea que el peyote no es un alucinógeno, que hay otros hongos que sí son alucinógenos. Así las cosas, hubo unos años que muchos misioneros, queriéndose ver el Yo más de cerca ─porque decían que no lo podían detectar porque les faltaba más autobservación─, optaron por beber la infusión de ayahuasca. Esta infusión, primero, produce vómitos y diarreas, y después la persona queda excitada en la psiquis y percibe más cosas de sí mismo. Entonces, eso o esa práctica como un experimento que hagamos una vez en la vida, como el que experimenta una vez en la vida con el peyote, no está mal. ¿Dónde está el mal? En los Yoes buenos que nos aconsejan estar consumiendo constantemente peyotes y constantemente la ayahuasca. Al final, terminan como drogadictos, adictos a una planta que actúa ─entonces sí que tienen razón en ese caso algunos científicos─ bajo los efectos de un alucinógeno. ¿Por qué? Porque ya es un vicio. Pero eso son los Yoes buenos. Observen ustedes que, queriéndose autoconocer ─que no tiene nada de malo─, optan por una práctica que sí tiene mucho de malo cuando se usa demasiado. Entonces podríamos hablar de muchos casos de Yoes buenos, pero yo les estoy presentando estos dos, pero hay más. Te hemos visto siempre, Maestro, a ti ser extremadamente prudente cuando se trata de aconsejar parejas que están quizás pasando por una crisis o llevan años en crisis o tienen una crisis momentánea, etc. Sin embargo, también vemos personas que, incluso compañeros, que aconsejan el divorcio a las gentes de una manera impresionante. Si uno hace o da un consejo así a alguien, estando en el estado de Conciencia que uno tiene, que es estar dormido, y resulta que eso no era de Ley, ¿qué ocurre en este caso para esa persona? Esa es otra vez la acción de los Yoes buenos: queriendo hacer un bien, hacen un mal, o hacemos un mal. Hay que tener extremo cuidado cuando nosotros tratamos asuntos matrimoniales. ¿Por qué? Porque hay tres cosas, dice el Maestro Samael, que son trascendentales en nuestra vida: el nacimiento, el matrimonio y la muerte. Son las cosas más trascendentales en nuestra vida, y cuando se trata de matrimonio, pues hay tres tipos de matrimonio: hay matrimonios kármicos por excelencia, que desde el día que se unen, allí empieza un infierno que no acaba jamás; semikármicos, que son aquellos matrimonios que tienen hijos, que él tiene un trabajo, ella también y, pues, a veces se enferman, a veces no; se les puede morir un hijo, pero le quedan dos. Esos son matrimonios semikármicos. ¿Ok? Y hay matrimonios dhármicos, en donde existe una relación en las siete esferas de Conciencia: en el mudo físico, etérico, astral, mental, causal, búddhico y átmico. Cuando una pareja vibra en las siete esferas de Conciencia, eso es absolutamente dhármico, independientemente de que casi siempre, cuando eso suele ocurrir ─cosa que no ocurre muchas veces─, ambos traen dharma acumulado de otras vidas y eso se suma a la afinidad que ya tiene la pareja, con lo cual el matrimonio se vuelve un jardín de rosas. Ahora bien, volviendo a la pregunta, ¿con qué autoridad esotérica alguien le puede decir a otro «es mejor que te divorcies»? ¿Con cuál? ¿Qué grado de Conciencia tiene el que está aconsejando eso? ¿Es un Turiya? Un Turiya es un absoluto clarividente. Para ser Turiya, hay que haber eliminado el 90% del Ego. ¿Es un Maestro de la Tercera Montaña? Inclusive un Maestro de la Tercera Montaña, como el Maestro Samael, personalmente lo vi diciéndoles a algunas mujeres que se querían separar de sus maridos, decirles: «No te separes, sigue allí». Por algo lo diría, por algo lo diría. A otras mujeres, sí que vi que el Maestro les dijo: «Es mejor que te separes». Y ¿cuál es la diferencia entre un caso y otro? La diferencia está en el que está hablando. El que está hablando no es un dormido, es un despierto, y un despierto, pues, a través de la Conciencia, a través de la intuición y a través de la telepatía, tiene una percepción total de lo que está pasando, y pregunta en segundos al Padre: «¿Qué opinas tú, Padre mío?». Y es el Padre el que dice: «Diles esto». Pero todo el mundo no está en la Tercera Montaña, todo el mundo no es un Turiya. Entonces hay que tener mucho cuidado con lo que decimos a las gentes. En una ocasión –esto lo voy a comentar porque viene al caso─, tuve un amigo que siempre amó la Gnosis, y estaba casado con una buena mujer. Era una mujer de hogar, pero esta mujer tenía muy mal carácter. Bueno, él constantemente me comentaba los sinsabores que tenía con su esposa y un día me llegó a decir: «Las cosas han llegado a un punto en que ella cogió toda mi ropa, la tiró en el piso y se restregó los pies en mi ropa, y se fue a casa de su madre». Y yo le dije cuando me lo comentó: «Pues tú deberías de pedirle mucho a tu Real Ser y al Maestro Anubis que te muestren claramente qué hacer». No le gustaba mucho la Gnosis, pero la aceptaba a regañadientes. Y esa noche, el Ser de este hermano se le presentó como un gigante de barba blanca, un gigante que lo cogió en la mano a él y le dijo: «Déjala, a tu esposa». En aquellos días, había una chica que estaba interesada en él, pero él no le quería hacer caso porque estaba casado. Pero, al final, se fue haciendo amigo de ella, amigo de ella, y fue cuando pasó el incidente este que acabo de contar de la ropa en el piso, pisoteada por ella, etc. Y me vino a preguntar aquel amigo: «¿Tú qué harías?». Yo le dije: «Si fuera mi caso y se me ha presentado mi Padre, me ha cogido en su mano y me ha dicho: ¡sepárate!, yo me separo». Yo lo hubiera hecho, pero era el Padre quien me lo estaba diciendo con una experiencia extraordinaria. Pero nosotros no podemos aconsejar así, porque nos da la gana, a alguien de separarse, porque eso puede traer el karma de esa pareja sobre nosotros, porque la Gran Ley nos va a decir: «¡Ah!, ¿tú te estás autoinvitando a la fiesta?, pues muy bien, también tengo regalos para ti», y nos empieza a mandar situaciones kármicas por estar nosotros metidos en un huracán kármico. Ese es el dilema que nosotros tenemos que entender muy bien. Ahora que estás hablando, Maestro, de estos temas matrimoniales interesantes, muy interesantes, muchas veces te hemos preguntado por cosas así, pero ¿qué condiciones mínimas debería tener una pareja para funcionar bien a nivel esotérico, misional, alquímico, siendo más o menos un matrimonio perfecto ─si se puede entender así o no, o no existe o son pocos los casos─, pero qué condiciones mínimas debería tener un matrimonio para que su trabajo espiritual funcionara? Porque tú nos has dicho varias veces que uno de los misterios del matrimonio es encontrar la pareja idónea, pero también, en algunas ocasiones, has dicho que, alquímicamente hablando, poder trabajar con la persona que tiene la vibración o el magnetismo adecuado para nosotros es un misterio, y acertar en esa elección es la clave para poder desarrollar un profundo trabajo alquímico. ¿Nos puedes ampliar un poco esto que es bastante interesante? Sí, aquí veo varias preguntas en una pregunta. Indudablemente que es verdad que, alquímicamente hablando, hay vibraciones y vibraciones. Para ser más claro, supongamos que una mujer es muy buena esposa, muy buena madre si hay hijos, muy buena hermana gnóstica, pero es fría sexualmente; y el marido que tiene es un buen padre, un buen amigo, un buen hermano gnóstico, pero es un volcán. ¿Cómo unir esas polaridades? Es difícil. Esto, solamente hablando del tema sexual; eso es una enorme dificultad. Ahora bien, suponiendo que físicamente, vibracionalmente, a nivel sexual, son afines, ¡muy bien! Pero a nivel emocional no son afines. Él ama la música clásica, a ella le gusta escuchar de vez en cuando a los Rolling Stone, y lo pone a todo volumen. Él ama la meditación y a ella le gusta, pues, jugar ping-pong todas las tardes con la hija o con el hijo. Él ama el estudio, a ella le gusta que le hablen de gnosis a ratos, no mucho. Entonces, claro, allí no hay afinidad emocional. Si no hay afinidad emocional, no se crea el clima emocional para que haya una relación alquímica aunque sean afines, porque siempre chocan, y entonces, claro, habiendo afinidad aquí abajo, esto que está aquí arriba no deja que lo de abajo y lo de arriba se conjuguen. Suponiendo que haya afinidad emocional y afinidad sexual, pero a nivel mental son contrapuestos. Ella es una mujer que no riza el rizo, quiero decir no se come el coco, no está siempre dándole a la cabeza, sino que es una mujer serena, tranquila psíquicamente, y él a todo le está buscando un pero: «¿pero por qué has hecho eso?, ¿pero quién te lo dijo?, ¿pero qué ganas con eso?, ¿pero a dónde vamos?», y todo el día se la pasa así, pues eso, indudablemente, crea un clima bochornoso, y en un clima bochornoso, ¿quién tiene ganas de estar juntos o quién tiene ganas de abrazarse y besarse y hacer del hogar un paraíso? No, porque la discordia no permite el trabajo en la Fragua. Uno de nuestros ceremoniales dice: «Que la disputa sea prohibida, que la discordia en palabras sea rechazada». Las gentes oyen eso y no se dan cuenta que eso está referido, en nuestros ceremoniales, para todos los que están asistiendo al ceremonial, para que en su vida personal no admitan la disputa, no admitan la discordia, porque eso quema el matrimonio y no se puede hacer el trabajo en la Fragua de Vulcano. Entonces, vean ustedes que tiene que haber una comunión para que hablemos de matrimonio perfecto, ¿eh? Ese es un matrimonio perfecto si tienen comunión en lo sexual, en lo emocional, en lo mental y, si es posible, en lo causativo, en lo causal y en la esfera del Íntimo. Entonces se consuma un paraíso, pero eso no se consigue todos los días, no se consigue todos los días. Por eso dice también la Gnosis: «El trabajo en la Novena Esfera fue siempre la máxima prueba para la dignidad el Hierofante». Sí, porque tener que estar trabajando en el Arcano cada vez que se pueda no es fácil; es una prueba constante de tener que mantener un clima adecuado y eso requiere mucha paciencia, y por eso es la máxima prueba para la dignidad del hierofante. También en nuestros ceremoniales se nos dice ─que la gente no lo entiende, no saben de qué se está hablando─, dice uno de nuestros ceremoniales: «Séame permitido entrar en el lago de doble fuego, allí donde nadie conoce la alegría porque es un lugar de sufrimientos». ¿Cuál es el lago de doble fuego? El lago son las aguas alquímicas, y el doble fuego es el del hombre y de la mujer. Allí tienen que ser desintegrados los enemigos de Horus, enemigos del Ser, los Demonios Rojos de Seth, los Yoes; tienen que ser desintegrados, y dice: «Allí donde nadie conoce la alegría porque es un lugar de sufrimientos», porque la verdadera Alquimia es un sufrimiento. ¿Por qué? Algunos dirán: «¡Qué va!, si yo me lo paso pipas cuando hago la Alquimia». Sí, porque hace una Alquimia pasional, una Alquimia bestial; allí no hay ningún trabajo. Él está creyendo que está haciendo algo, pero no está haciendo nada; desde ese punto de vista, él se lo pasa pipas. Pero en una verdadera Alquimia, si se consuma, es después muchos sacrificios, de muchos sacrificios que no voy a mencionar, pero siempre la verdadera Alquimia va acompañada de muchos sacrificios que a veces pone la Logia Negra para tratar de impedirnos que la podamos consumar, como ¿con qué pago la renta para sostener la vida que llevo con este Vaso Hermético? ─entiéndase por vaso hermético la compañera del camino─, ¿con qué voy a pagar la luz, el agua?, ¿con qué la voy a sostener en alimentación?, ¿cómo tengo que torear sus estados psicológicos?, etc. Entonces, no es la Alquimia una cosa de niños maleducados, no hablemos de niños sabios. La Alquimia es un arte que exige muchos sacrificios cuando se quiere hacer bien. Hay que pasar por encima, muchas veces, de muchas reglas sociales, del qué dirán, del qué dirá la familia, del qué dirán los amigos, etc. Por eso se dice que «en el lago de doble fuego es un lugar donde no se conoce la alegría, es un lugar de sufrimientos». Claro, permanecer en el lago de doble fuego es vivir sometido a dolor, que luego se compensa con agregados psicológicos muertos y se compensa con dharma que el Padre da, espiritualmente, a sus hijos. En este sentido, Maestro, no sé si voy a saber hacerte la pregunta correctamente, la que te voy a hacer. Pero cuando uno observa los grabados alquímicos ─tú me corriges si ves que la pregunta está mal hecha─, en muchos grabados alquímicos se ve a los alquimistas ante un horno, y ante ese horno, pues templan una espada o la meten dentro, sobre unas ascuas, lo cual es una referencia directa al trabajo en la Alquimia. La pregunta es: aparte de la afinidad que pueda haber en los centros entre un hombre y una mujer, su vida esotérica, que les guste la Gnosis y practiquen el Arcano y tengan una afinidad más o menos en cada centro, ¿el nivel de vibración de ella o del magnetismo de ella, o el nivel de magnetismo de él o de vibración de él, puede ser que estén descompensados?, ¿que esa mujer o ese hombre, aunque tengan relación con ese hombre o con esa mujer, su marido, que comparten el camino, o su mujer, que comparten el camino, magnéticamente, vibracionalmente, ese hombre no esté ayudando a esa mujer o esa mujer no esté ayudando a ese hombre a nivel alquímico, en cuanto al desarrollo de sus fuegos, de su trabajo? ¿o eso no tiene nada que ver? Sí, tiene que ver cuando la cosa se pone grave. Cuando hay esos problemas de vibración, y se le unen a esos problemas los yoes de pereza sexual y la frialdad de uno de los cónyuges, allí se convierte en un tope para el camino de los dos. Si es una cosa que puede pasar hoy, pero no pasa siempre, eso no es obstáculo para que puedan hacer el camino, aunque no tengan la misma vibración, aunque no tengan la misma vibración, pero cooperan los dos, poniendo lo mejor de cada uno de ellos. En este caso no hay problema. El problema lo hay en lo que dije antes. Cambiando de tema, tú que eres un experto conocedor de cómo funciona la Logia Negra, las tinieblas, ¿podrías decirnos cómo hacen las tinieblas, cuál es el plan que desarrollan, cómo trabajan para lograr sacar a un alma del camino, ya sea un miembro, ya sea un misionero difusor o ya sea un Maestro de la enseñanza, apartarlo del camino? ¿Cómo hacen ellos, qué plan desarrollan? Sí, muy buena la pregunta. La Logia Negra tiene su propósito y es el de impedir que la luz avance. Ese es su programa, ese es su plan, ¿eh?, porque ellos ven la luz como obscuridad y la obscuridad la ven como luz, o sea, que todo es al revés. Entonces, ¿cómo trabaja la Logia Negra a una persona para que abandone el camino? Fundamentalmente, ellos nos vigilan. Así como la Logia Blanca y el Padre también nos vigilan, ellos también. Ellos tienen sus ejércitos, que son numerosos ─yo los he visto directamente─, numerosos, y esos ejércitos son orientados hacia donde hay gentes que trabajan en los tres factores, entonces allí van. Y la Logia Negra se vale de los momentos en que una persona deja de estar en el recuerdo de sí. Cuando alguien se olvida de sí mismo unos segundos, puede ser víctima de un dardo que le manda la Logia Negra al corazón o a la psiquis. Eso es veneno, y eso se convierte dentro de nosotros en derrotismo, en pensamientos negativos, en dudas del camino, sobre el camino, sobre los Maestros, etc., o en estados psicológicos desagradables. Así trabajan. ¿Cuál es el remedio para que la Logia Negra nunca nos saque del camino? Uno solo: la autobservación permanente, de instante en instante, de momento en momento sobre nosotros, porque cuando estamos en el recuerdo de nosotros mismos, nos damos cuenta cuándo unos pensamientos negativos quieren entrar a desmoralizarnos, cuándo unos estados anímicos extraños se quieren apoderar de nosotros y nos hacen perder las fuerzas hasta físicas o fuerzas morales, o cuándo nos sentimos invadidos por derrotismo. Normalmente, detrás del derrotismo hay agregados de pensamientos negativos. Entonces, cuando estamos bajando la guardia, cuando nos olvidamos de estar en estado de alerta, ellos nos mandan uno de sus dardos. Entonces ese dardo nos hace perder el equilibrio, y justo en ese momento, posiblemente, la mujer dice: «Vaya hombre, mira lo que has tirado en el piso, y yo que lo acabo de limpiar, y acabo de poner hasta cera en el piso», y nosotros, con ese veneno dentro que nos han metido en ese instante en el que no estábamos en recuerdo de sí, reaccionamos y decimos lo que no debemos decir, gesticulamos de una manera equivocada, y eso produce un caos que divide la pareja; y si el caos se agranda más, la pareja se separa. ¿Y cuál es la conclusión de todo esto? Que lo sacaron del camino, simple y llanamente se quedó fuera del camino, porque ahora no tiene una compañera para trabajar; le tocará seguir hasta quien sabe cuánto tiempo intentando trabajar por la humanidad y morir como pueda psicológicamente, pero ya va cojeando, y si se vuelve a dormir, le tirarán otros dardos y lo pillarán desprevenido. Entonces, en ese instante, aparecerá un enviado de las tinieblas que le ofrece un gran empleo para que abandone la Gnosis. Dice: «Tú siempre te la pasas sufriendo, siempre estás sin cinco centavos en el bolsillo, siempre estás amargado; la vida es para disfrutarla, es para vivirla, para gozarla; tú no gozas nada, nunca te tomas un cóctel, nunca te has acostado con una buena hembra…». Así le hablan las tinieblas a través de ese personaje. Y claro, este, que está olvidado de sí mismo en ese instante, arroja la toalla y abandona el camino. Es una cosa muy sutil y ellos lo saben hacer muy bien; ellos trabajan con nuestros propios agregados. Siguiendo, Maestro, con estas cosas tan interesantes que nos estás comentando, entonces, podemos decir que existen los pensamientos negativos de los Yoes, existen los pensamientos negativos de las tinieblas, que también nos meten adentro hilos magnéticos, o dice el Maestro también somos atacados con obsesiones psíquicas. Y también esto es muy interesante, lo que has dicho, somos observados permanentemente por las tinieblas. O sea, que hay un trabajo interno tenebroso, por los Yoes, por las tinieblas, y también una complicidad en el mundo físico. Efectivamente, efectivamente. ¿Cómo podemos nosotros, con el pequeño porcentaje de Conciencia que tenemos ─ya lo has dicho, con la autobservación─, pero además de eso, cómo podríamos defendernos de semejante fuerza negativa que está en contra de cualquier progreso espiritual para nosotros? Nosotros nos podemos defender con las ayudas que nos ha dejado el Patriarca, el Maestro Samael, una de esas ayudas son las runas. Las runas tienen el poder de estimular la Conciencia. Por ejemplo, la runa Torn nos estimula la voluntad; la runa Isis es para pedir auxilio a Stella Maris ─la Divina Madre─, la runa Tyr y Bar golpean la Conciencia, despertándola. También podemos ayudarnos con los ayunos. El ayuno pone en actividad en nosotros unas fuerzas que normalmente no están activas, son fuerzas del alma. Cuando negamos al Yo su programa diario, que es comer, trabajar y dormir, cuando se lo negamos, otras fuerzas vienen en nuestro auxilio; o sea, el ayuno de alimentos, y si va acompañado del ayuno de palabra, pues tiene un poder extraordinario, porque muchas energías que no estaban activadas, se activan, y esas energías forman una protección a nuestro alrededor y una ayuda en la Conciencia. Entonces, uno es más lúcido a la hora de autobservarse y recibe más información sobre qué o quiénes lo están atacando; y podemos enfocar mejor una oración cuando estamos en ayuno, porque esa fuerza le da empuje a nuestra oración y llega donde tiene que llegar. Con esas cosas nos tenemos que ayudar nosotros; autodisciplinas, y eso es lo que va a dar por resultado la famosa autognosis, que la estamos desarrollando dentro de nosotros mismos. La autognosis no va a venir así porque sí; la autognosis es la vivencia de la gnosis que nosotros estamos percibiendo con nuestro esfuerzo voluntario. Así nace la autognosis, y la autognosis es la autodefensa. Hay una cosa que tú comentaste hace unos meses, y la verdad estábamos esperando esta oportunidad de esta entrevista para pedirte que, por favor, nos la aclares o nos la amplíes. Me estoy refiriendo a que tú comentaste que, en el mundo causal, el arquetipo de la Gnosis está simbolizado por diez o doce personas, que una lleva la cabeza de Juan ─que representa la muerte─, otra lleva una cruz, otra lleva un símbolo del Espíritu Santo, y todos van vestidos de negro, representando la muerte del Yo. La pregunta sería: con todos los miles de gnósticos que hay en todo el mundo, que hemos conocido la Gnosis, y ¿solamente hay diez o doce personas ─o eso solamente es un símbolo─, quiero decir diez o doce personas que simbolizan el Movimiento Gnóstico? Sí, pero esa es una enseñanza. El hecho de que esa procesión no sea de cien personas o de cincuenta, sino de unas diez o once personas significa que es una enseñanza para pocos, porque pocos son los que de verdad comprenden la muerte del Yo, los misterios de la Alquimia, y que están dispuestos a dejarlo todo por la humanidad, pocos. Entonces, la enseñanza gnóstica, aunque es grandiosa, portentosa, en una Edad de Oro tendría miles de seguidores, y seguidores que la estarían viviendo. En una Edad de Plata, también. En una Edad de Cobre, disminuyen las gentes que aman la Gnosis. Pero en una Edad de Hierro, es muy raro alguien que de verdad sienta en el corazón la Gnosis y la quiera vivir, porque es muy áspera, muy dura. ¿Por qué se nos hace áspera y dura? Por el Yo que tenemos. Si en lugar del Yo, tuviéramos las fuerzas de las partes del Ser, la Gnosis no nos parecería áspera ni dura, sería como bebernos un chocolate muy sabroso, sería algo natural y la necesitaríamos como un alimento diario. Pero en una Edad de Hierro, hemos cambiado al Ser por el Yo; no queremos saber nada del Ser, ni nos interesa ni siquiera saber si el Ser es verdad o no. Eso significa y demuestra lo alejados que estamos del Ser. Entonces, por eso, esa procesión es de pocas personas. Pocas personas quieren la decapitación del Yo, vivirla. Pocas personas entienden la Alquimia, la cruz, y pocas personan entienden, comprenden y respetan lo que es el Espíritu Santo. Eso es lo que se quiere decir. Así se muestra la Gnosis como una especie de, sí, procesión mística, mística-fúnebre, porque esta enseñanza es, en el fondo, fúnebre. Las gentes se preguntan, sobre todo los arqueólogos, por qué las tres características del Antiguo Egipto eran: su carácter monumental, porque Egipto está lleno de templos monumentales. La segunda característica es por qué se veneraba tanto lo fúnebre, porque lo primero que se le construía a un niño, hijo de una pareja de Iniciados, era su tumba; ese era el regalo de nacimiento, y en esa tumba se iba escribiendo con jeroglíficos y dibujos los avances que iba teniendo en su vida, iban quedando registrados en la tumba. Y el tercer carácter que ven los arqueólogos en la cultura egipcia es el carácter hierático; hierático quiere decir disciplinado, firme. Pues esas tres cosas pertenecen al universo del Ser. Todo lo del Ser es monumental, todo lo del Ser es fúnebre ─huele a muerte, muerte del Yo─, y es muy sagrado, muy hierático. Pues eso es lo que es la Gnosis. La Gnosis es un océano monumental, porque el que empiece a leer las obras del Maestro Samael detenidamente, tiene años para leer, años; es un océano. Y esta enseñanza es fúnebre porque en todo momento el Maestro insiste, insiste, insiste en morir. Y es hierática porque exige de quien la practica una disciplina de hierro, porque es sagrada. Entonces, pues, eso es lo que sucede. ¿Qué puede ocurrir Maestro con todas esas cientos o miles de personas que no estamos en ese nivel de muerte ─esas diez o doce personas o ese pequeño grupo de personas─? ¿Qué va a pasar cuando ya esta civilización, esta humanidad, pues ya se ve que va llegando a su final? ¿Qué ocurrirá? ¿Tendrán oportunidad en otro tiempo de intentar madurar si no se salen del camino o no nos salimos del camino antes? ¿La Ley puede dar una oportunidad a estas almas para que maduren más quizás, y quizás en un futuro lleguen a ese nivel de muerte profunda? ¿O simplemente, pues, las personas que no hayan captado realmente ese nivel de trabajo de muerte ya son descartadas? Esa pregunta es muy relevante y muy interesante. Primero, hay que partir de la base de que la raza en la que estamos es la Aria y ya la Raza Aria dio sus siete subrazas, ya las dio; ya cada una de las siete subrazas ha tenido su tiempo. Conclusión: el tiempo, en general, de la Raza Aria se acabó, se acabó. Esta raza, le guste a alguien y no le guste a otros, va a ser destruida, porque todo tiene su tiempo, todo, todo está kabalísticamente calculado. Dios no hace cosas al azar, a ver qué… ¡No! Dios no realiza cosas sometidas a la imaginación o a la subjetividad, por eso es el Gran Arquitecto del Universo, todo lo planifica. Así las cosas, dice la tradición hermética que todo planeta tiene que dar siete razas, y cada una de las siete razas tiene que dar siete subrazas. Nosotros estamos en la quinta raza, la Raza Aria, y ya dio siete subrazas. Dice la misma tradición hermética que, a partir de la quinta raza, en cualquier planeta, al final de la quinta raza, se decide el porcentaje de almas que podrán optar a la sexta gran raza y a la séptima gran raza para luego, autorrealizadas del todo o no, ser absorbidas por el huracán eléctrico del Okidanokh, que reabsorbe la vida de ese mundo hasta que la deposita atómicamente en el mundo causal. ¿Y qué pasa? Que, ahora mismo, esta humanidad tiene que tomar la decisión de conocer los misterios del Padre y luchar por realizarlos dentro de ella para tener opción a continuar ese trabajo en la sexta gran raza, o si no lo hace, tiene que involucionar. Por eso nos dice el Maestro Samael en sus obras que, en los actuales instantes que estamos viviendo, millones de almas están entrando en el Abismo, porque en la quinta raza se decide el destino de un planeta, de las almas que van hacia arriba y de las otras que van hacia abajo. Ahora acaba de decir el Sr. Bergoglio, papa de la Iglesia Católica, que el infierno no existe. Bueno, esto, verdaderamente, es muy triste, porque durante siglos todos los grandes Iniciados, incluyendo el Maestro Dante Alighieri, escribieron sobre sus propias vivencias en las esferas sumergidas de la naturaleza, que los romanos llamaban Avernus; los griegos, Tartarus; los hindúes, Avitchi, y nosotros, los cristianos, Infierno. Cada uno de ellos habló, a su manera, de sus vivencias, y el Maestro lo explicó detalladamente en el libro Si hay Diablo, si hay Infierno, si hay karma. Entonces, decir ahora, nada menos que el líder de una religión que mueve millones de almas, que no existe el Infierno, que lo que existe son almas que desaparecen, eso es un invento aberrante de una mente ─discúlpenme la expresión─ carcomida por el intelecto al servicio de la teología mundana, simple y llanamente eso. El que sabe viajar en cuerpo astral conoce las dimensiones superiores de la naturaleza, y las inferiores, puede verificar sin que nadie se lo cuente, sin tener que repetir lo que otros dicen, la existencia de los círculos dantescos. Esto existe y son necesarios, porque si no, ¿qué se haría con todo ese material anímico indeseable, ese material anímico aprisionado por el Yo? No sería correcto que se le permitiera entrar en el Espacio Abstracto Absoluto, porque se ocasionaría un caos, y en las regiones superiores del universo también: en el mundo causal, en el mundo búddhico, en el mundo átmico; sería un improperio, un absurdo. Entonces, el material que no logró fermentar, la levadura que no fermentó, ¿pues qué hace un panadero cuando la levadura no fermenta? No puede hacer pan, la tira. ¿Qué hacen los científicos cuando tienen una larva en un tubo de ensayo y la están queriendo desarrollar para sacar de allí una mariposa y, al final, la larva se muere? La tiran por la toilette, en los laboratorios. Y nuestra humanidad no es una excepción. Somos un experimento de lo que llamamos en Gnosis el Theomegalogos, el Señor de la Gran Palabra; somos un experimento de las Jerarquías Solares, y ese experimento o da frutos o no da frutos. Lo que da frutos se selecciona, se pone aparte, y esas serán las almas que continuarán su trabajo si no lo han podido terminar, pero tienen anhelos, en la sexta gran raza que tendrá también sus siete subrazas. Pero la humanidad en general, tal y como está en estos precisos instantes, devorada por el Yo y amante del Yo, no le queda otro remedio que involucionar. Pero no lo digo porque lo desee, lo digo porque es una cosa simple y llanamente lógica, y lo han dicho todos los Profetas, todos los Iniciados, todos los Avataras, todos los enviados, y lo terminó de reafirmar el V.M. Samael. Eso es lo que pasa. Maestro, ¿el Maestro Samael tiene estudiantes secretos, almas que estén estudiando la Gnosis y que no estén en ninguna institución? Sí. Y, sin embargo, estén realmente haciendo un camino profundo. Sí, en algunos lugares del mundo, sí. ¿Y los atiende el Maestro a nivel directo y personal? Sí, los guía, pero son gentes dedicadas al trabajo en los tres factores, dedicados a eso. No son gentes que a ratos se acuerdan de la Gnosis, y a ratos hacen una práctica cuando le dan ganas. ¡No!, son gentes que se han tomado muy, muy, muy enserio esta cosa y la están viviendo. ¿Y están repartidos por varios continentes o países? Exacto, en varios continentes, así es, sí. Te voy a hacer una pregunta quizás ingenua por mi parte, pero nos están viendo personas de muchas instituciones que siguen, afortunadamente, estas entrevistas tuyas, y las gentes se preguntan cómo es posible que en este momento en el que nos encontramos, al final de un Kali-Yuga, todos los que hemos conocido la Gnosis del V.M. Samael Aun Weor, su sagrada enseñanza, pues no exista una unión, sino que nos va a pillar la guerra, los cataclismos finales para esta raza, y nos va a pillar así, divididos. El pueblo que el Maestro quiso crear, pues, está desperdigado; gentes de diferentes instituciones, personas que van por libre, pero que realmente parece imposible que haya, en este momento, una verdadera y auténtica unión en torno a la enseñanza de nuestro Avatara. ¿Cómo ves tú esto, Maestro? Sí, este panorama que estás planteando es tan real como la luz del sol, y ¿cuál es el origen de esta tragedia?, ¿cómo es que la Gnosis, siendo la doctrina síntesis de todas las religiones, y siendo la enseñanza que tiene las claves reales para el despertar de la Conciencia, la fabricación de alma y la encarnación del Espíritu divino, se haya convertido en múltiples grupúsculos que cada uno quiere guiarse por sí mismo? Si nosotros estudiamos la historia de la Gnosis ─y esto lo hemos dicho ya en una entrevista hace años, que tenía un título, se llamaba Revalorizaciones históricas de la Gnosis─. Allí explicamos que la Gnosis nació en medio de conflictos muy graves de tipo espiritual. Cuando el Maestro Samael nació en Colombia y creció en Colombia, pues, claro, él ya nació con un 20% de Conciencia despierta y con muchas facultades que ya él tenía desde otras existencias. Total, que solo tuvo que hacer brillar un poco lo que estaba con algo de moho y despertó, encarnó a su Íntimo, y luego empezó a vivir sus propios procesos iniciáticos. Cuando él quiso que esta enseñanza la conociera el mundo, no le quedó más remedio, por los tiempos que ya corrían y que hoy están corriendo, que crear misioneros. ¡Muy bien! Con eso, el Maestro Samael pretendía acelerar la expansión de la enseñanza, pero estando el Maestro Samael con nosotros, él era la más hermosa referencia que teníamos de lo que era el camino. Aun así, aun así, si estudiáis mi libro Cartas de un Avatara, y leéis cada una de las cartas que, en su momento, el Maestro Samael le escribía a un discípulo que terminó traicionándolo al final de su vida ─el Sr. Julio Medina Vizcaíno─, descubriréis que dentro de la misma Gnosis, estando el Maestro Samael como una referencia extraordinaria, ya había gentes que cuestionaban lo que decía el Maestro Samael. Entre ellos había Bodhisattvas de Maestros, que el Maestro Samael estaba ayudando a levantarse. Ahí estaba nada menos que el Bodhisattva de aquel que en tiempos de Jesús escribió el Apocalipsis, el Maestro Johani; ahí estaban otros maestros como el Maestro Om o el Maestro Tarom Om, etc. Muchos de estos, que se estaban levantando, no alcanzaron ni a levantarse. ¿Por qué si estaba el Maestro Samael como referencia allí? Por una sola cosa: porque no se tomaron el trabajo psicológico sobre el Yo en serio. Cada uno de ellos rindió culto al amor propio, a la autoconsideración, al orgullo místico, porque sabían que eran Bodhisattvas de algo o de alguien, ignorando que una cosa es el Ser y otra cosa es el Bodhisattva humano. Muchos cayeron en esa tentación, y se enfrentaron a las palabras y a las directivas del propio Patriarca fundador de la Gnosis. Con lo cual ¿adónde quiero llegar? A que la Gnosis nació dividida ya. ¿Por qué? Volvemos a lo mismo, porque la gente no se tomó en serio el trabajo sobre el Yo. Si todos aquellos discípulos de entones, muchos de ellos Bodhisattvas, se hubieran tomado el trabajo de la muerte del Yo en serio, nosotros ahora mismo estaríamos en la gloria, porque si todos hubieran sido fieles al Avatara, no habría grupos, ni nosotros existiríamos como grupo, porque estaríamos en lo que el Maestro Samael formó: la Gnosis. Pero esto fue una epidemia, y ese estado macabro de situaciones persiguió al Avatara hasta el final de sus días. Hasta el final de sus días, cuando el Maestro Samael estaba en su lecho de muerte, enfermo, discípulos había que ya se estaban proclamando Patriarca n° 2, Patriarca n° 3, Patriarca n° 4. Entonces, claro, aquello se convirtió en una especie de caos, no caos primordial original, ¡no!, un caos maligno, y de ahí hasta nuestros días entonces todo el mundo imitó ese ejemplo: «¡Ah! Si él se proclamó Patriarca, yo también me proclamo Patriarca, y yo también…», decía otro por aquí y otro por acullá, y cada quien se fue dando títulos sin que hubiera realmente la garantía de que esos títulos coincidían con la realidad. Alguien se puede autodenominar, pues dijéramos, médico, pero hay que verlo ejercer, ¿no?, y si cuando lo vemos ejercer, es en realidad un carnicero y no un médico, ¿qué hacen los pacientes? Dicen: «Me voy de aquí antes que me maten». Y eso le ha pasado a la Gnosis. Muchos de los llamados Maestros fueron falsos consigo mismos, falsearon además la enseñanza del Maestro, crearon iglesias y les pusieron ellos sus propios estatutos. Entonces, claro, si ahora mismo, hubiera realmente hermanos de buen corazón, que tengan en la mente que solo tenemos un Patriarca y se llama Samael Aun Weor, y que renunciemos a nuestros deseos de protagonismo, si los hubiera, a mí no me importaría dejar mi cargo de coordinador, así lo digo, y pasar a ser alguien más, simplemente, al servicio de una auténtica confederación mundial gnóstica. Una, no diez o una confederación que aglutine diez o veinte grupos, porque eso sería un caos; tendría que ser una. Pero, claro, cuando se ha querido crear esa confederación, que a alguien se le ocurrió por allí, rápido querían estar a la cabeza fulano, mengano, zutano. Así no se puede crear una confederación, y en la cabeza estaban gentes que solo querían quitarle a los grupos gnósticos la libertad de imprimir o editar en todos los idiomas, y en cualquier tiempo y lugar, las obras del Maestro para ser solo los de la confederación los que iban a recibir dinero. Nosotros no estamos en este mundo por dinero, estamos en este mundo por salvar el alma, y el alma no la podemos comprar con dinero. Pero hay gentes que esto no lo entienden. Ahora bien, por eso dije al principio que esta pregunta era muy relevante y muy importante. No es la primera vez que le sucede a la Gnosis este fenómeno de división entre los grupos gnósticos, ¡no! Los estudiosos del gnosticismo ─hay obras varias escritas sobre el tema─ ya afirman que los basilidianos no se entendían con los carpocratianos, que los naasenos no comulgaban con los sabeanos, que un grupo llamado peratas no comulgaban con los nazarenos… En fin, siempre ha habido esa disputa. Pero si nosotros analizamos cuál es el origen de la disputa, nos encontramos con una cosa ridícula, es la autoimportancia: yo, yo, yo y yo. Y el Yo es absurdo, el Yo es una formación nuestra, el Yo no tiene identidad real, el Yo es una epidemia mental universal, pero no es una cosa sagrada. ¡Para nada! Entonces no es la primera vez que la Gnosis está dividida. Lamentablemente, le cuesta mucho al ser humano aceptar morir, aceptar no ser nadie. Ese es el problema nuestro, ese es el problema: aceptar no ser nadie, pero sí un servidor de Dios. Si todos aceptáramos que no somos nadie, de verdad, nos importaría un pepino quien estuviera a la cabeza llevando esa confederación, ya fuese un triunvirato, ya fuese una sola persona, pero todos lo ayudaríamos y seríamos invencibles. La Logia Negra no podría con nosotros. La Logia Negra puede con nosotros porque estamos divididos. «Divide y vencerás» era el lema de la antigua Roma. Así fue como Roma ganó muchas batallas, ¿no?, porque era un truco. Roma mandaba generales disfrazados de personajes vestidos a la usanza de tal pueblo o tal cultura, y allí iban, observaban todo: cómo comían, de qué vivían, cómo era su ejército, cómo estaban, y empezaban a sembrar discordia con los ciudadanos; empezaban a decir: «¿por qué tenemos que aceptar tal cosa ─que decían los jefes de esas tribus─?». «¡Ah, es verdad!». Y, claro, se empezaba a crear caos en aquellos grupos sociales. Cuando el caos estaba armado, entraba Roma y ponía orden: «Se acabó el caos, nosotros os damos la pax romana». Y así fue como se convirtió en un imperio. Entonces, si nosotros no trabajamos, repito, el germen del mal que es el Yo, dice el Maestro Samael ─enfáticamente dice─: «Todo proyecto o toda idea, por muy majestuosa que sea, si no tiene en cuenta la muerte del Yo, está condenada al fracaso». Y eso lo podemos aplicar a la política: mirad como está la política hoy en día. A la ciencia: están confundidos los científicos, cada uno quiere ser protagonista; uno dice una cosa, otro dice otra y no se ponen de acuerdo. A la economía: mirad como está la economía, estamos al punto de una quiebra mundial. La filosofía: la gente se ríe de la filosofía hoy en día, se les considera zanahorias, antiguos, tontos, a los filósofos, y ellos mismos se han degenerado porque han bebido un veneno que se llama marxismo y que niega toda posibilidad espiritual al ser humano, y eso acabó con la filosofía. Porque la filosofía era nada menos y nada más que la búsqueda del Ser, y si los filósofos aceptan el veneno del marxismo, pues ellos mismos se clavan el cuchillo en el estómago. Entonces esta ha sido la causa de que la Gnosis esté dividida. Maestro, si tú tienes contacto permanente con el Maestro Samael, si tú tuvieras ahora que darnos a todos un mensaje en nombre del Maestro Samael, a todos los que formamos la Gnosis a nivel mundial en diferentes siglas, ¿qué nos dirías, en nombre del Maestro? En nombre del Maestro Samael, apegado a la doctrina, yo les diría a todos los gnósticos del mundo, tanto los que trabajan como los que no trabajan en la Alquimia, que se esfuercen enormemente, urgentemente, en la muerte del Yo, porque esa es la trampa que hay que saber evitar. El Yo es una trampa en nuestra vida, y todo el mundo ha caído en la trampa. Pues hay que salir de esa trampa y estar alertas, si consigue salir de la trampa, para no volver a caer. Pero la columna vertebral de poder participar del reino de la Conciencia ─que las religiones llaman Reino de los Cielos─ es el grado de muerte que se tenga. Entonces, con un grado de muerte que sea válido, lo demás, créanme, es secundario. Incluyo aquí la fabricación de la Piedra Filosofal, la liberación de la Ley del Karma con el tercer factor; es secundario. Pero si se muere, entonces tenemos muchas puertas abiertas, y puertas que se nos van a abrir porque el Padre quiere que nos autorrealicemos. Pero para autorrealizarnos necesitamos desaparecer como personas y reaparecer como Seres, como Seres autorrealizados. Al Padre le interesa que nosotros estemos con él. Entonces, mi único mensaje sería insistir sobre la muerte. Las gentes están obsesionadas, muchas, con el tema de la Alquimia, pero es que ni siquiera entienden lo de la Alquimia, pero se obsesionan porque dejan intervenir en la Alquimia a los Yoes de la lujuria y del deseo, con lo cual, la Alquimia se convierte en una práctica más del Yo que termina engordando el Yo. La Alquimia no es eso. La Alquimia tiene que estar con una base de amor consciente y con una base de intensos anhelos divinales para que funcione. Eso no puede existir si no hay muerte, si no hay muerte. Por eso, en el antiguo Egipto, solo se entregaba la Alquimia a las personas que habían logrado despertar, con disciplinas muy férreas, un 30% de la Conciencia. Entonces le entregaban el Arcano, porque sabían que lo iba a saber utilizar e iba a aceptar lo que le dijeran los «Pistóforos» o Maestros que guiaban a los neófitos. Pero, hoy en día, la gente cree que la Alquimia es como jugar al yo-yo, aquel juguetito que conocimos en los años 60, ¡no!, la Alquimia no es eso. Entonces, claro, lo fundamental es entender, aceptar con agrado las impresiones desagradables de los demás, y someterlas a reflexión y a meditación, y suplicar a Dios-Madre que nos ayude a extirpar de nuestra anatomía esas abominaciones, y ella nos va a ayudar con o sin Alquimia, nos va a ayudar. Entonces, ese sería mi mensaje. ¿Podrías darnos, Maestro, algunos ejemplos de cómo vivir realmente el camino del filo de la navaja y mantenernos en él? Esas son palabras mayores. Es verdad que la Gnosis es el sendero del filo de la navaja, y mantenerse en el filo de una navaja, no lo hace cualquiera. Con esto quiero decir que esto no lo puede vivir una persona que todavía esté en las 5 o 7 Serpientes de Fuego o en las Serpientes de Luz. El filo de la navaja lo puede transitar el que se mete en la Segunda Montaña, porque allí, entonces sí, le toca saltarse muchos códigos de ética y de moral establecidos; le toca apelar a muchas cosas a las que nunca ha tenido que apelar; le toca suplicar recursos que nunca ha tenido que suplicar tampoco. Ahí es donde está el camino del filo de la navaja, y eso no es fácil. Ahí es donde muchos, no pudiendo hacer determinadas cosas que hay que hacer, terminan saliéndose por uno de los ramales del camino. Pero se salieron del camino y no se dan cuenta, y si se dan cuenta, es posible que sea después de diez años o veinte años, con lo cual regresar al sendero original depende de qué edad tenga la persona para seguir adelante y terminar la Obra. Eso es lo que puedo decir. ¿Cómo puede una persona, bueno, a nivel nuestro, a nivel misional, darse cuenta que se está desviando del camino porque está haciendo una mala misión, porque está llevando su misión de una manera equivocada, aunque él pueda pensar que la está llevando bien? ¿Y cómo puede darse cuenta, en este caso, un Maestro que estaría en la Segunda Montaña de que se está desviando del camino del filo de la navaja? Volvemos siempre a lo mismo. Dependiendo del grado de muerte que cada quien vaya alcanzando, así será el grado de autobservación que tenga. Todo tiene grados y grados, ¿eh? Hay Maestros que no están bien muertos, pero son Maestros. Pero ahí están, forman parte de la Logia Blanca; pero llegaron hasta tal punto, no pudieron autorrealizarse a fondo, y son Maestros y hay que respetarlos. Eso con un Maestro. Con un discípulo igual. A mayor porcentaje de autobservación que tenga, más claramente va a darse cuenta cuando lo están traicionando sus pensamientos o sus emociones o sus deseos, y si se da cuenta, rectifica. Si justifica lo injustificable, es que no se ha dado cuenta, le falta autobservación, le falta. Por eso tanta gente pasa por la Gnosis, y después de treinta años, uno los ve fuera de la Gnosis dedicados a la vida mundana o llevando grupos a su aire, a su manera, con una Gnosis que se están sacando de la manga, pero no con la verdadera Gnosis. Entonces, volvemos siempre a lo mismo: lo que permite a una persona darse cuenta de que se está desviando del camino, o a un Maestro, es el grado de muerte que tenga y el grado de autobservación que haya conseguido con esa muerte. ¿Qué grado, Maestro, de ayuda o participación tiene la Logia Blanca y el propio Ser cuando ven que alguien se está desviando del camino y la persona no tiene información, no tiene experiencias, no tiene sueños, simplemente no tiene una orientación; él cree que está haciendo las cosas bien, tanto a nivel, pues, misional como cualquiera de nosotros? Y también a nivel de Maestro. Alguien que esté haciendo o no haya hecho una buena muerte a nivel de Maestro, ¿recibe alguna información de la Logia Blanca indicándole que su grado de muerte no es profundo o simplemente quedan los Maestros sin meterse en el proceso de esa persona? ¿Cómo funciona esto? Bueno, el primer interesado es el Padre de esa persona, el primer interesado es el Ser, y dependiendo de lo fuerte que sea el Ser interno de esa persona, entonces le va a coger por el cuello a su Bodhisattva, a su Alma Humana y constantemente le va a decir: «Esto que estás haciendo no está bien, no me interesa, rectifica», primero. Segundo: el Gurú, que para nosotros es el Maestro Samael Aun Weor, siempre lanza mensajes de alerta sobre el discípulo, siempre, es deber del Gurú. Si el discípulo no los trae al cuerpo físico esos mensajes, no es culpa del Gurú ni es culpa del Ser; es culpa de que el discípulo no está entrenado para traer los mensajes relevantes. Y entonces, claro, allí sintiéndolo mucho, tengo que decir que el Maestro Samael se lava las manos y el Ser también, porque dirán: «Ya lo hemos intentado y no hay manera de que reaccione». ¿Por qué? Porque el discípulo, aunque esté en los misterios, no ha trabajado a fondo sobre la pereza, por ejemplo, una forma de la pereza ─la pereza espiritual─, y así, claro, el mismo discípulo no permite que se le advierta. Pero sí que la Logia Blanca, el Gurú y el Padre lanzan mensajes de advertencia muchas veces para traer de nuevo al camino a la persona. Pero volvemos otra vez a cosas que ya hemos hablado: se necesita que nosotros estemos siempre dinamizados, que seamos dinámicos siempre, que no nos entreguemos, porque estoy en tal serpiente, a la entropía, y ya el resto me lo hace el Ser. No, no existe eso. Y hay una tendencia muy fuerte dentro del hermetismo a creer que, porque ya estoy en tal sitio, ya no me tengo que preocupar. Eso le pasó a mucha gente de estos que rodeaban al Maestro Samael y que luego se desviaron y perdieron el camino. Uno solo puede exclamar «¡uf, al fin terminé todo!» el día que el Padre nos coja y nos meta con él en el Ain Soph. Eso les da una idea genérica de lo que hay que hacer. Tú has hablado, Maestro, en alguna ocasión, que cada Serpiente que se levanta de Fuego tiene una característica o es una parte del proceso ─un día comentaste que la serpiente del cuerpo causal tiene que ver con la humildad, por ejemplo─. ¿Podrías explicarnos qué característica o qué trabajo hay que realizar para levantar correctamente la Serpiente del cuerpo físico ─de Fuego del cuerpo físico─, cuerpo vital, cuerpo astral, cuerpo mental? Miren, cada Serpiente que se digne la Divina Madre de levantarnos está envuelta por un misterio. El misterio de cada alma es distinto al de las otras almas, porque cada Ser tiene su misterio. Sin embargo, en general, sí podemos decir que, con la Serpiente del cuerpo físico, la persona retoma unos valores energéticos que lo afincan en la espiritualidad. Con la Serpiente del cuerpo etérico, adquirimos otros valores relacionados con la palabra. Por eso, en esa Serpiente, vivimos la decapitación de Juan el Bautista, y muchas veces, dependiendo del karma del Iniciado ─dependiendo casi siempre, pero no siempre─, el Iniciado que vive esa segunda Serpiente va a la cárcel del mundo físico. De pronto se ve envuelto en unos líos judiciales que lo meten preso. Entonces, allí, se nos instruye mucho sobre el cuidado de la palabra, y luego la misma Ley se encarga, moviendo cosas en el mundo material, de que salgamos de esa cárcel si es que tuvo que ir a la cárcel. En la Serpiente del cuerpo astral, trabajamos con muchos deseos; el cuerpo astral, no olvidemos, es el cuerpo de deseos. El cuerpo astral auténtico es el que se fabrica y luego se levanta su Serpiente. Pues, en esa Serpiente del cuerpo astral, somos asistidos mucho por el Cristo íntimo y, sobre todo, se nos regala un premio, porque, en la base del bajo vientre, todo ser humano tiene una capa de este espesor más o menos, gelatinosa, y de allí es de donde salen muchos deseos extraños que traicionan al alma en los mundos internos y la hacen fornicar, y fornica aquí en el mundo físico, pierde sus energías, o en el mundo físico. De allí, de esa capa gelatinosa, salen sensaciones y deseos extraños que entran en nuestra parte emocional y en nuestra parte psíquica y nos producen cosas no muy agradables. Pues eso se lo extirpan al Iniciado y se nos hace conocer por primera vez los Mundos Infiernos, pero por encima, por encima. En la Serpiente del cuerpo mental, se nos instruye mucho sobre la evolución de la humanidad. Entonces el Iniciado, muchas veces, ve que conduce un gran tren, poderoso; es el tren de la evolución humana. Allí se nos desvelan muchas cosas que han pasado en la humanidad y por qué pasaron esas cosas, y allí también se nos enseña a utilizar sabiamente el cuerpo mental para no profanar, pues, el reino del Padre. En la Serpiente del cuerpo causal somos probados en la humildad y en la fe. Entonces, muchas veces puede suceder, no es una obligación, que el Iniciado se vea obligado a limosnear en la calle, lo pone de patitas en la calle la Ley, conque no tiene con qué comer. Personalmente, a mí me tocó eso; no voy a hacer una apología de mí mismo, pero me tocó vivir eso. Se llama la Prueba de la Justicia. Eso en la Serpiente del cuerpo causal. Se nos explica cómo funciona el karma y el dharma, cómo funciona la misericordia y la justicia, etc. En la serpiente del cuerpo búddhico, conocemos por primera vez el amor consciente, porque si se ha llevado un buen trabajo de muerte, entiéndase bien, entonces, al conocer por primera vez al Buddhi, sentimos lo que es el verdadero amor, el amor en su esfera más espiritual. No estoy hablando del desposorio con el Buddhi, que eso es en las Serpientes de Luz. Pero en esa Serpiente del cuerpo búddhico la conocemos solamente. Entonces se nos da a probar el amor verdadero, y si la persona está atenta y está siguiendo muy de cerca el trabajo esotérico, se asombra de descubrir cómo es el verdadero amor. Cuando se levanta la séptima Serpiente ─si no las tiene levantadas; los Bodhisattvas que ya las tenían levantadas la Serpiente búddhica y la Serpiente del Íntimo no las tienen que levantar, pero estamos hablando del que no conoce nada─, en la Serpiente del cuerpo átmico, el Ser nos muestra su gloria, nos muestra sus poderes, nos muestra dónde vive, nos muestra su mansión, el Ser, el Íntimo ─estoy hablando del Íntimo, Atman─. Entonces, eso es lo que os puedo decir sobre estas Serpientes y sus misterios. Muchas gracias, Maestro, es realmente muy muy interesante saber estas cosas. También queríamos preguntarte sobre esta, no confusión, pero sí falta de comprensión entre lo que es la comprensión, por ejemplo, de un Yo, y eso del hondo significado del Yo. Esto siempre, incluso en el Congreso del 76, esta pregunta se la hicieron al Maestro Samael en pleno Congreso, que está grabado. ¿Qué nos puedes tú decir sobre esto?, ¿qué luz nos puedes dar sobre lo que es la comprensión y eso que parece que está más allá de eso, que es el hondo significado del Yo o la comprensión del hondo significado del Yo? Sí, bueno, el Maestro Samael es nuestra referencia; él ya dijo en ese Congreso lo que tenía que decir, lo dijo con sus palabras y con su metódica. Yo solo puedo añadir alguna tontería, algo más. Solamente diría que tener conciencia y comprensión del hondo significado del Yo o de un Yo cualquiera es tener la completa sabiduría del mal para entonces entender por qué fuimos prisioneros de semejante cosa. Si no se tiene la sabiduría del pecado, el extracto de lo que representa la sabiduría extraída de los sufrimientos que el Yo nos ha causado, no se tiene la comprensión del hondo significado del Yo. Pero si se tiene ese extracto, entonces es como que firmamos una especie de sentencia que le hacemos al Yo para decirle «nunca más tú serás mi dueño». Esa es la síntesis de la comprensión del hondo significado del Yo, y eso no es cualquier cosa. Pero eso es factible, es posible que se realice. Maestro, cuando una persona elimina un Yo o cuando la Divina Madre elimina un Yo de cualquier persona, ese Ego tiene una parte de Conciencia nuestra que estaba dentro de ese Yo. Cuando se elimina ese Ego, esa parte de conciencia regresa a nosotros. Cuando esa parte de Conciencia regresa a nosotros, ¿qué trae del Yo? La experiencia. Porque vivía dentro de ese Yo. La experiencia del mal, la sabiduría del pecado. Esto es lo que acabamos de decir. Entonces esos átomos sabios que regresan a nosotros es como un telegrama que nos dicen: «Nunca más hagas esto, porque esto tiene esto, esto, esto y esto de consecuencias», y la persona queda en posesión de esa información que lo impacta y lo afirma sobre el camino. ¿Puede una persona, Maestro, vivir el camino sin amistad y sin solidaridad?, ¿lograría una persona tener la fuerza necesaria para vivir el camino realmente solo, sin compañeros? No, no. Siempre tienen que haber «cirineos» en nuestro camino, siempre tienen que haberlos, porque nadie es lo suficientemente fuerte para hacer el camino solo y sin necesidad de nadie. Eso no existe. Por eso existen los «cirineos» que ayudan al devoto a cargar su cruz. Por lo tanto, la amistad es por eso que resulta un valor sagrado, es un valor del Ser; la amistad es un regalo del Ser, y nosotros nunca debemos traicionar una amistad, por eso, porque es un regalo del Ser. ¿Hay amistades entre Seres, profundas? Sí, claro que sí, claro que sí, amistades que vienen de otros Maha-Manvantaras, inclusive. Claro que sí. Porque un Ser se puede relacionar con otro Ser en su esfera, pero quizás tendrá una amistad, una afinidad, con otros Seres con los cuales ya haya estado antes. Claro que sí, claro que sí. Pues muchísimas gracias, Maestro. La verdad es que estamos anonadados de toda la enorme y valiosa información que nos has dado en esta entrevista. Desde luego que es un material extraordinario para ahora reflexionar e intentar llevarlo a la práctica en la medida de nuestras posibilidades. Pero bueno, antes de terminar, si quieres añadir alguna cosa que no te haya preguntado o quieras decir algo, pues estás como siempre en el uso de la palabra. Sí, con mucho gusto me gustaría decir unas palabras finales, y son las siguientes: quiero decirle al pueblo gnóstico del mundo entero, no solamente al pueblo gnóstico de Ageac, que estamos en unos tiempos nunca antes vistos y nunca antes tan delicados. Estamos viviendo con nuestros propios ojos, con nuestros cinco sentidos, los tiempos del fin. Ya no podemos decir: «Ya vienen o vendrán los tiempos del fin», no, ya los estamos viviendo. Si observamos las noticias que llegan a nosotros a través de internet y los telediarios del mundo entero y los medios de comunicación, la Tierra se está haciendo pedazos. Primero comenzó con el problema del ozono; ahora eso se ha expandido más. Luego empezó la contaminación de los océanos; ya era un drama muy grande, eso ahora está aún peor. Luego se nos habló de la contaminación del aire: hay países, como China, París, México, que, entre semana, tienen que decirle a las gentes que paren el tráfico porque el aire se hace irrespirable. Así pues que los océanos, el aire, el ozono… Los volcanes se han activado como nunca. Actualmente, hay aproximadamente 99 volcanes activos. Eso significa un peligro espantoso, y recordemos que en el mensaje del Maestro Samael 1968-1969, Mensaje de Navidad, él ya habló, en su tiempo, de dos grietas terribles: una que atravesaba todo el océano Pacífico y se perdía en Asia, y otra que atravesaba todo el océano Atlántico y se perdía en Rusia. Y estamos viendo que la Tierra está temblando. Ayer, ayer mismo, en un solo día, tembló en Filipinas, tembló frente a las costas de California y tembló en Bolivia. Y ¿esto qué significa? Que bajo la corteza terrestre hay un flujo magnético que no está quieto y que va a salir en cualquier momento de forma inesperada y espantosa. El Parque Yellowstone de los Estados Unidos no para de temblar y de tirar hacia fuera esputos de fuego. Eso es una alerta. Los sismólogos lo saben. Pero como todo el mundo está dormido, todo el mundo piensa que no va a pasar nada. Lo mismo pensaban los atlantes, dice el Maestro. En vísperas del hundimiento de la Atlántida, no paraba de temblar la Tierra, hasta que se abrió la Tierra y se la tragó el agua un día que nadie menos pensaba. Los científicos habían advertido a la humanidad y la humanidad no hacía caso. Hoy sucede lo mismo. Todo el mundo está hipnotizado con las cosas del Yo: con el IPhone nuevo, el teléfono móvil inteligente, con la tablilla nueva inteligente, con el nuevo coche último modelo, con la nueva ropa que está de moda, etc., y los que no están identificados con esas cosas, están identificados con sus dogmas científicos, etc. Todo el mundo está embotellado, pero nadie quiere abrir los ojos y ver lo que está pasando a nuestro alrededor, y lo que está pasando es el «acabose». ¿Cuál es mi mensaje en medio de esta situación? Que aceleremos como sea, urgentemente, la muerte del Yo. Hay que hacer algo para desprendernos de esa larva y tener entonces derecho a ser asistidos. Ya dije en una entrevista en Radio Maitreya que empezáramos a pedir ayuda, mediante prácticas que nosotros tenemos, a los diferentes Logos de nuestro sistema solar, porque los Logos son los que, al final de cuentas, manejan la mecánica de los planetas, y ellos dan órdenes a los que dirigen esos planetas en el mundo físico: «Haced tal cosa, haced otra cosa». Y hay una observancia de mundos del espacio sobre nuestro mundo, y hay un plan de rescate. Pero en ese plan de rescate no puede ingresar todo el mundo, porque no todo el mundo entiende que se necesita estar algo purificado de los distintos elementos psicológicos que llevamos. No se pueden llevar gentes locas a otro mundo, porque perturbarían a esos mundos. Se necesita un género, un tipo de personas que mínimamente sepan lo que es el trabajo sobre sí mismo y lo apliquen. Ese tipo de personas, aunque no sean Maestros, aunque no tengan creados los Cuerpos Existenciales del Ser, serán asistidos. Así está escrito. Y eso es mi último mensaje. Ha sido un verdadero placer poder dar esta entrevista y, con mucho gusto, estaré dispuesto a otras entrevistas. ¡Paz Inverencial! ¡Paz Inverencial! Bueno, amigos, pues el que tenga entendimiento que entienda, porque aquí, como dice el Maestro Samael, hay sabiduría. Ahora, a todos nosotros nos toca entender, reflexionar, comprender y cambiar. Muchas gracias por la atención. Gracias, Maestro. De nada.

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