The Cure for Unrequited Love

The Cure for Unrequited Love

Por intensos períodos en nuestras vidas, sufrimos la agonía del amor no correspondido. Nuestro dolor es acompañado por la seguridad de que si tan sólo el ser elusivo nos devolviese nuestras sonrisas hacia ellos, viniesen a cenar con nosotros o se casaran con nosotros, conoceríamos lo que es la gracia. La felicidad de la época parece estar tentadoramente cerca, totalmente real y aún exasperantemente fuera de alcance.En esos momentos, a menudo se nos aconseja que intentemos olvidar a la persona amada. Debemos - dadosu falta de interés - tratar de pensar en algo o alguien más. Sin embargo, esta bondades profundamente errónea. La cura para el amor no radica en dejar de pensar en el fugitivoamante, sino en aprender a pensar más intensamente y de forma constructiva sobre lo que realmente podríaser. De cerca, cada ser humano que alguna vez haya vivido pruebas profundamente desafiantes. Somos todos- en lugares cerrados - proposiciones que tratan. Tenemos mal humor, somos vanos, engañosos, burdos,sentimentales, lanosos, fríos, sobre-emocionales y caóticos. Lo que nos impide reteneresto en cuenta en relación a ciertas personas es simplemente una falta de conocimiento. Suponemos - enla base de algunos detalles fuera de encanto - que el objetivo de nuestra pasión pudo milagrosamentehaber escapado a los fundamentos de la humana condición. Pero no fue así Simplemente no pudimos conocerlos de manera adecuada. Esto es lo que hace al amor no correspondido tan intenso, de tan larga duracióny tan vicioso. Al impedirnos adecuadamente volvernos cercanos a ellos, la persona amada también impide quenos cansemos de ellos en el catártico y liberador don del amor correspondido. No son sus encantos que están manteniéndonos magnetizados; es nuestra falta de conocimientode sus defectos. La cura para el amor no correspondido es, en la estructura, por lo tanto, muy simple. Nosotrosdebe llegar a conocerlos mejor. Cuanto más descubramos sobre ellos, menosparecerán la solución a todos nuestros problemas. Descubriremos el sinfín de formasque eran fastidiosos; llegaremos a conocer cuán tercos; cuán críticos; cuán fríos y cuán heridos por cosas que nos parecen sin sentido ellos pueden ser. Es decir, si llegamos a conocerlos mejor, nos daríamos cuenta de lo mucho que tenían en común con todos los demás. La pasión nunca puede soportar demasiada exposición a la plena realidad de otra persona. La ilimitada admiración en la que se fundamenta es destruida por el conocimiento que una vida compartida adecuadamenteinevitablemente trae. La crueldad del no correspondido amor no es verdad que no hemos sidoamado de vuelta, más bien es que nuestras esperanzas han sido despertadas por alguien que nunca puede decepcionarnos, alguien en quien tendremos que seguir creyendo porque nos falta en el conocimiento de lo podríaliberanos. Debemos, en ausencia de una cura directa, emprender una imaginativa.Hay que aceptar, sin saber muy bien los detalles, que, por supuesto, con el tiempo resultarán decisivamente irritantes. Todos lo hacen. Tenemos que creer que esto no es porque sabemosexactamente de ellos, sino porque son -al final - humanos y sabemos que este oscuro, peroprofundamente animando hecho de casi todo el mundo que ha vivido alguna vez. Gracias por su atención, el gusto y la suscripción de usted. Si quieres más, ¿por qué no nos visita en persona y asiste a una clase o echa un vistazo a nuestra tienda en el enlace en la pantalla ahora?

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