Why the best hire might not have the perfect resume | Regina Hartley

Why the best hire might not have the perfect resume | Regina Hartley

Traductor: Augusto IncioRevisor: Denise RQ Su empresa realiza una búsquedapara un puesto vacante. Las solicitudes empiezan a llegar y se identifican los candidatosque dan el perfil. Empieza la selección. Primer candidato: universidad de élite,notas excelentes, currículo impecable, referencias excelentes. Todo lo ideal. Segundo candidato: escuela pública,inestabilidad en sus puestos de trabajo con trabajos ocasionalescomo cajera y camarera cantante. Pero recuerden, ambos están cualificados. Así que les pregunto: ¿a quién elegirían? Mis colegas y yo creamosun conjunto de términos muy técnicos para describir 2 categoríasdistintas de candidatos. Llamamos al primero:"la cuchara de plata", uno que tuvo todas las ventajasy estuvo destinado para el éxito. Llamamos a B: "el luchador", uno que tuvo que pelearcontra viento y marea para llegar al mismo punto. Sí, acaban de escuchar a una directorade RR. HH. referirse a la gente como cucharas y luchador... (Risas) lo que no es políticamente correctoy suena un poco sesgado. Pero, antes de revocar mis credenciales en RR.HH. ... (Risas) permítanme explicarme. Un currículo cuenta una historia. Y con los años, he aprendidoalgo sobre las personas cuyas experiencias son muy similaresa un mosaico de los más variopinto. Eso me anima a considerarlas detenidamente antes de desechar sus currículos. Una serie de trabajos temporalespueden indicar inconsistencia, falta de concentración, imprevisibilidad. O puede señalarcompromiso y perseverancia. Como mínimo, el luchadormerece una entrevista. Para que quede claro, no tengo nada en contralos cuchara de plata; ingresar y graduarseen una universidad de élite requiere mucho trabajo duro y sacrificio. Pero si toda tu vidaha sido orientada al éxito, ¿cómo afrontarás los momentos difíciles? Un empleado sintió que por haberestudiado en una gran universidad, había ciertas tareasque no estaban a su altura, por ejemplo, un trabajo manualpara comprender mejor una operación. Al final renunció. Pero, por el otro lado, ¿qué sucede cuando toda una vidaestá condenada al fracaso y al final se alcanza el éxito? Les pido encarecidamenteque entrevisten al luchador. Sé mucho sobre este temaporque yo misma lo fui. Antes de nacer, mi padre fue diagnosticadocon esquizofrenia paranoide y no podía mantener un empleoa pesar de ser brillante. Nuestras vidas eran una mezcla de"Alguien voló sobre el nido del cuco", un poco de "Despertares" y un poco de "Una Mente Brillante". (Risas) Soy la cuarta de 5 hijos criadospor una madre soltera en un barrió peligrosode Brooklyn, Nueva York. Nunca tuvimos una casa,un coche o una lavadora, y durante gran parte de mi infancia,no tuvimos siquiera teléfono. Así que estaba muy motivada para entender la relación entreel éxito empresarial y los luchadores porque mi vida podría haberseguido un curso muy diferente. Al conocer hombres de negocios exitosos y leer perfiles de líderes poderosos, me di cuentade que tenían algo en común. Muchos se enfrentaron a dificultadesdesde una edad temprana, desde pobreza, abandono, pérdida temprana de un padre, hasta trastornos de aprendizaje,alcoholismo y violencia. La mentalidad convencional sugiereque el trauma acaba en sufrimiento y se ha puesto mucho énfasisen los trastornos que esto produce. Sin embargo, los estudios sobre el tema,revelaron un aspecto inesperado: que aun las peores circunstancias puedenresultar en crecimiento y transformación. Se ha descubierto un fenómenonotable y algo contradictorio, que los científicos denominancrecimiento postraumático. En un estudio diseñado para medir los efectos de la adversidadsobre niños en situación de riesgo, entre un subconjunto de 698 niños que vivieron las condicionesmás severas y extremas, un tercio llego a tener una vidaadulta sana, productiva y exitosa. Y triunfaron a pesar de todoy contra todo pronóstico. ¡Un tercio! Veamos este currículo. Los padres de este chicolo dieron en adopción. Nunca terminó la universidad. Fue de un empleo a otro, vivió en la India por un año, y, por si fuera poco, tiene dislexia. ¿Contratarían a este tipo? Se llama Steve Jobs. Un estudio sobre los empresariosde mayor éxito en el mundo muestra que muchosde ellos tienen dislexia. En EE. UU., un 35 % de los empresariostenía dislexia. Y lo más extraordinarioes que los empresarios que experimentaroncrecimiento postraumático, ven su discapacidad de aprendizaje como una dificultad necesariaque les ofreció una ventaja, ya que se han convertidoen mejores oyentes que prestan más atención a los detalles. Ellos no creen que son lo que sona pesar de la adversidad, sino que saben que son lo que sondebido a la adversidad. Aceptaron sus traumas e infortunios como elementos clavede lo que han llegado a ser y saben que, sin esas experiencias, no podrían haber desarrolladola fuerza y el valor necesarios para tener éxito. La vida de uno de mis colegasdio un giro total debido a la RevoluciónCultural China de 1966. A la edad de 13, sus padresfueron trasladados a un pueblo, las escuelas se cerraron mientras que él quedó solo en Beijingpara valerse por sí mismo hasta los 16, y encontró un empleoen una fábrica de ropa. Pero en vez de aceptar su destino, tomó la decisiónde continuar sus estudios. 11 años más tarde,cuando el panorama político cambió, se enteró de una prueba de accesoa una universidad extremadamente selecta. Tuvo 3 meses para preparartodas las asignaturas de la escuela primaria y secundaria. Así que, todos los díasal regresar de la fábrica a casa, hacía una siesta, estudiabahasta las 4 de la mañana, volvía a trabajar e hizo lo mismo cada día,durante tres meses. Y lo consiguió. Su dedicación a su educaciónfue absoluta, nunca perdió la esperanza. Ha acabado un máster y sus hijas se graduaronen Cornell y Harvard. Los luchadores tienen la convicción de que la única persona que puedesrealmente controlar eres tú mismo. Cuando las cosas no salen bien, se preguntan, "¿Qué puedo cambiarpara lograr un mejor resultado?". Tienen una determinación que les impide rendirse, algo así como, "Si he sobrevivido a la pobreza, a un padre locoy a varios robos", y luego te enfrentasa "retos laborales"... (Risas) ¿De veras? "Pan comido, puedo hacerlo”. (Risas) Y eso me recuerda el humor. Los luchadores saben que el humorayuda en los momentos difíciles, y la risa los ayudaa cambiar la perspectiva. Y por último, las relaciones. Los que superan la adversidad,no lo hacen solos. En alguna parte, por el camino, encuentran personasque despiertan lo mejor de ellos y que están interesadas en su éxito. Tener a alguien con quien se puedecontar en cualquier situación es esencial para superar la adversidad. Yo tuve suerte. En mi primer trabajodespués de la graduación, no tenía coche, así que lo compartí con una mujerque era la asistente del presidente. Ella me vio trabajar y me animó a centrarme en mi futuroy no vivir en el pasado. En el camino he conocido a muchos que me han criticadototalmente honestamente, asesorado y guiado. A estas personas no les interesa que una vez trabajé como camareracantante para pagar mis estudios. (Risas) Los dejo con una últimaobservación valiosa. Las compañías comprometidascon la inclusión y la diversidad tienden a apoyar a los luchadores y a superar los competidores. Según la revista DiversityInc, un estudio de las 50mejores empresas pro diversidad superaron el índice S&P 500 en un 25 %. Así que, de vuelta a mi primera pregunta: ¿Por quién apostarán: por la cuchara de plata o por el luchador? Yo digo, elijan al candidato subestimado, cuyas armas secretas sonla pasión y la determinación. Contraten al luchador. (Aplausos)

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