La maladie de Wilson: causes, symptômes, diagnostic, traitement et pathologie

La maladie de Wilson: causes, symptômes, diagnostic, traitement et pathologie

El cobre es un mineral esencial que nuestro cuerpo recibe por medio de los alimentos. Incorporamos entre 1 y 2 mg por día a través de alimentos como granos integrales, legumbres, nueces y papas, pero en realidad el cuerpo solo necesita 0,75 mg al día más o menos, así que el exceso se elimina. Casi el 90% del exceso de cobre se excreta a la bilis, donde luego se convierte en cobre fecal, y el otro 10% se excreta por orina. En la enfermedad de Wilson, por una anomalía genética, el exceso de cobre no se elimina del cuerpo y se deposita en distintos tejidos, donde no debería quedarse. Y al igual que el hierro, el cobre libre reacciona con el peróxido de hidrógeno en el cuerpo y forma el radical hidroxilo, una especie reactiva de óxigeno que daña los tejidos, por lo que, con el tiempo esos tejidos quedarán gravemente lesionados por la generación de radicales libres. Las células del hígado, hepatocitos, juegan un papel importante ya que ayudan al cuerpo a eliminar el exceso de cobre. Por lo general, el cobre proveniente de la dieta se absorbe en el estómago y el intestino delgado mediante los enterocitos, y pasa por la vena porta al hígado. Una vez en el hígado, es enviado a un transportador proteico especial llamado ATP7B, que tiene varias funciones muy importantes. Primero, hace que el cobre se una a la apoceruloplasmina, que es la proteína transportadora de cobre en sangre más importante, y responsable de llevar el 95% del cobre en sangre. Una vez fijada al cobre, se llama ceruloplasmina y puede llevar 6 moléculas de cobre de una vez. Otra de las funciones del ATP7B es juntar en vesículas el resto de cobre para su liberación extracelular al conductillo biliar, por donde llega a la bilis y luego se excreta. En la enfermedad de Wilson, este transportador proteico ATP7B presenta una anomalía autosómica recesiva. Como puedes imaginar, eso le impide incorporar cobre a la ceruloplasmina o excretarlo a la bilis. Como ya no realiza ninguna de estas cosas, el cobre se acumula dentro de los hepatocitos y comienza a producir radicales libres. A la larga, este daño que causa el cobre acumulado con los radicales libres lesiona o destruye los hepatocitos, origina un derrame de cobre libre dentro del espacio interstitial, y de allí pasa al riego sanguíneo, por donde circula hasta depositarse en otros tejidos, donde también con el tiempo, causa daño por los radicales libres. Un órgano en particular es el cerebro, y por esta razón, la enfermedad de Wilson puede tener síntomas y complicaciones neurológicas graves. Depende dónde se deposite, puede causar distintas enfermedades; si se deposita en los núcleos basales, puede causar trastornos del movimiento, algo muy similar al párkinson. Si llega a la corteza cerebral, puede resultar tóxico para las neuronas y causar muerte celular en estas, y demencia. Hay un lugar donde se puede depositar y que puede facilitar el diagnóstico; en la membrana de Descemet, en la córnea. Es la membrana entre el estroma y la capa endotelial de la córnea. Entonces, se observa algo llamado anillos de Kayser-Fleischer, que son depósitos visibles de cobre en la córnea. Dado que comienza en el hígado, primero se advierte el daño de este órgano, y luego avanza de hepatitis grave a cirrosis hasta insuficiencia hepática. Los síntomas se presentan, por lo general, hacia el final de la niñez. En el análisis de sangre de alguien que tiene la enfermedad de Wilson, se observan unas cuestiones clave. Una es que hay una disminución general del nivel de ceruloplasmina en sangre porque, recuerda que, se necesita que la apoceruloplasmina se una al cobre para formar ceruloplasmina, así que sin el ATP7B que fija el cobre a la apoceruloplasmina, solo tenemos apoceruloplasmina, que es relativamente inestable y no dura mucho en plasma. Esto es importante en la detección temprana de la enfermedad de Wilson. Otra característica es que como los hepatocitos están dañados y largan cobre libre o sin fijación, los niveles de cobre libre en sangre aumentan, y eso también origina un aumento de cobre en orina. Otras complicaciones típicas del depósito de cobre en los tejidos incluyen engrosamiento de hígado y vesícula, hepatoesplenomegalia, insuficiencia renal por el daño en los túbulos del riñón, y anemia hemolítica por el daño directoque el cobre libre circulante causa en los glóbulos rojos. En cuanto al tratamiento, generalmente, se usa Penicilamina parala enfermedad de Wilson. Es un metabolito del aminoácido alfa de la penicilina, pero no tiene las mismas propiedades antibióticas. En cambio, es un agente quelante del cobre, que se fija al cobre libre en suero y facilita su excreción. Además, a los pacientes se les puede dar cinc o tetratiomolibdato de amonio; ambos reducen la reabsorción de cobre en la orina y por lo tanto aumenta la cantidad de cobre que luego se elimina. Por último, si el hígado está dañado al punto de una cirrosis e insuficiencia hepática, es posible que se requiera un trasplante.

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