Why sitting is bad for you - Murat Dalkilinç

Why sitting is bad for you - Murat Dalkilinç

En este momento, es probable que estés sentado para ver el vídeo y permanecer sentado unos minutos para verlo está bien. Pero cuanto más tiempo estés en esa posición, más se perturbará tu cuerpo. Este cuenta los minutos hasta que te levantes de nuevo y lo lleves a dar un paseo. Puede que esto suene ridículo. A nuestros cuerpos les encanta sentarse, ¿verdad? En realidad no. Estar sentado por períodos breves puede ayudar a recuperarnos del estrés o recuperarnos del ejercicio. Pero hoy, nuestro estilo de vida nos hace sentarnos más de lo que nos movemos, y el cuerpo simplemente no está pensado para una existencia tan sedentaria. De hecho, es justo todo lo contrario. El cuerpo humano está diseñado para moverse, y esto se puede comprobar por cómo está estructurado. Tenemos más de 360 articulaciones y unos 700 músculos esqueléticos que nos permiten el movimiento fácil y fluido. La estructura física única del cuerpo nos da la capacidad de ponernos de pie en contra de la fuerza de la gravedad. La sangre depende de nuestro movimiento para circular correctamente. Nuestras células nerviosas se benefician del movimiento, y nuestra piel es elástica, así se amolda a nuestros movimientos. Si cada centímetro del cuerpo está preparado y a la espera de que te muevas, ¿qué sucede si no lo haces? Empezaremos con el problema troncal, literalmente. Tu columna vertebral es una estructura larga compuesta de huesos y discos de cartílago ubicados entre ellos. Articulaciones, músculos y ligamentos unidos a los huesos mantienen todo junto. Una forma común de sentarse es con la espalda curvada con los hombros caídos, una posición que presiona de forma desigual la columna vertebral. Con el tiempo, esto desgasta los discos de la columna vertebral, sobrecarga algunos ligamentos y articulaciones, y presiona los músculos que se estiran para acomodar la posición curvada de la espalda. Esta forma encorvada también reduce la cavidad torácica al estar sentados por lo que tus pulmones tienen menos espacio para expandirse al respirar. Eso es un problema, ya que limita temporalmente la cantidad de oxígeno que llena los pulmones y que filtra la sangre. Alrededor del esqueleto hay músculos, nervios, arterias y venas que forman las capas de tejido blando del cuerpo. El acto mismo de sentarse aprieta, presiona y oprime, y estos tejidos más delicados realmente se llevan la peor parte. ¿Alguna vez tuviste entumecimiento e hinchazón en las extremidades, sentado? En las zonas más comprimidas, los nervios, arterias y venas pueden bloquearse, limitando las señales nerviosas, provocando sensación de adormecimiento, y reduciendo el flujo de sangre en las extremidades, haciendo que se hinchen. Sentarse durante largos periodos también hace desactivar la lipoproteína lipasa, una enzima especial de las paredes de los capilares sanguíneos que descompone las grasas en la sangre, así que cuando te sientas, no quemas la grasa tan bien como moviéndote. ¿Qué efecto tiene todo esto en el cerebro? La mayor parte del tiempo, quizá te sientas para usar el cerebro, pero, irónicamente, largos periodos sentados en realidad hacen lo contrario. Estar sentado reduce el flujo sanguíneo y la cantidad de oxígeno que entra en el torrente sanguíneo a los pulmones. El cerebro requiere tanto de ellos para permanecer alerta, que tus niveles de concentración muy probablemente bajan conforme disminuye tu actividad cerebral. Por desgracia, los efectos nocivos deestar sentado no solo son a corto plazo. Estudios recientes muestran que estar sentado largos periodos está vinculado a algunos tipos de cáncer y a enfermedades del corazón y puede contribuir a problemas de diabetes, de riñón y de hígado. De hecho, los investigadores han calculado que, en todo el mundo, la inactividad provoca aproximadamente el 9 % de las muertes prematuras al año. Eso supone más de 5 millones de personas. Así que lo que parece ser un hábito muy inofensivo, en realidad, tiene el poder de cambiar nuestra salud. Pero por suerte, la solución a esta amenaza es sencilla e intuitiva. Cuando no tengas más remedio que sentarte, trata de cambiar la postura desgarbada a una columna vertebral recta, y si no tienes que estar atado al asiento, intenta moverte mucho más, tal vez con una alarma para recordarte que debes levantarte cada media hora. Pero más importante, debes entender que el cuerpo está creado para el movimiento, no para el sedentarismo. Así que, ya que el video está a punto de terminar, ¿por qué no te levantas y te estiras? Lleva a tu cuerpo a dar un paseo. Te lo agradecerá después.

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